Quitar las espinas del camino

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La pérdida de alguien significativo y el proceso de duelo al que va unida transforman profundamente la vida de quien los experimenta. Se trata de un camino caracterizado por cambios radicales en sus creencias, valores y jerarquía de prioridades. También puede darse una gran confusión a todos los niveles, y un repentino resentimiento de la salud física. Además, las emociones cobran un papel protagonista en su vida cotidiana, no sólo en forma de tristeza, sino también de un intenso dolor, desamparo, incomprensión, miedo, rabia, culpabilidad…

Por si esto fuera poco, en general la gente no está abierta a “escuchar penas” y resulta fácil sentirse violento cuando presenciamos escenas de llanto, sobre todo si éstas se repiten con una frecuencia que para nosotros es excesiva. Si no tenemos una buena relación con nuestra propia muerte y nuestras pérdidas nos incomodamos cuando, transcurrido un tiempo “de rigor”, la persona doliente sigue mostrando las mismas manifestaciones de dolor que, en nuestra opinión, ya deberían estar superadas.

Pero la realidad es esperanzadora respecto a estos hechos. El camino del duelo puede allanarse y clarificarse mediante el afecto, la compañía, la comprensión y el compartir lo que se siente. Es en este punto donde los grupos de ayuda mutua (GAM) realizan una importante labor, prestando apoyo frente a la muerte de alguien muy significativo, ayudando a quitar las espinas del camino.

La Asociación de Voluntarios para Enfermos Sanables (AVES) de Barcelona lleva desde 1993 dedicada a la formación de este tipo de grupos, que acogen a personas que han perdido a un ser querido, y a paliar su sufrimiento psíquico, emocional y espiritual mediante el intercambio y el apoyo de otros que atraviesan su misma situación. Cuenta con grupos de padres que han perdido hijos, hombres y mujeres que han perdido a sus parejas, personas que acuden a la asociación tras la muerte de sus familiares… Además, también cuenta con un grupo de enfermos de cáncer y otro de afectados cerebro-vasculares.

Estos grupos se reúnen una vez a la semana durante dos horas, durante las cuales comparten un tiempo y un espacio seguros. Se escuchan y se apoyan entre sí, guardando la confidencialidad, sin juzgarse, sin comparar, orientados por facilitadores/as voluntarios que ya vivieron sus pérdidas, lograron elaborarlas y decidieron entrenarse en la conducción de grupos y dedicarles parte de su tiempo. Formar parte de un GAM sobre el duelo resulta una vía no sólo de escape sino también de sanación para las tremendas heridas que sus miembros tienen abiertas.

A la sociedad le cuesta dejar hablar y llorar a quien siente dolor tanto como éste necesitaría. Aún queda mucho camino por recorrer en el proceso de normalización de la muerte y de liberación de tabúes al respecto, tanto a nivel social, como personal e institucional. Sin embargo, el conocimiento y la toma de conciencia ayudan a comprender y de ahí a no temer. Y donde no hay miedo puede haber felicidad.

Autoría

  • AVES

    Asociación sin ánimo de lucro. Cuenta con dos locales en el centro de Barcelona para la realización de grupos, charlas y talleres. Más información en su página web (www.avesgams.org)

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