El alemán es un idioma en el que se pueden inventar palabras, sobre todo complicadas. Me gustaría escribir este artículo en alemán porque estoy a la búsqueda de dos palabras que, seguramente, no existen en castellano.
Primera cuestión: ¿cómo se le llama al que contesta una carta? ¿Corresponsal, respondón? Y una pregunta más difícil aún: ¿cómo se llama el que no la contesta? ¿Silente, taciturno? Me parece que no, pero no encuentro en el diccionario ningún otro calificativo.
Segunda: ¿qué denominación tiene el que no responde de los perjuicios que han ocasionado sus acciones, como, por ejemplo, Aznar por la guerra de Irak que él declaró? ¿Irresponsable? De nuevo creo que no, pero no se me ocurre cómo calificarlo exactamente.[quote_right]Desde Tarancón ningún obispo se ha dignado a contestar ni acusar recibo[/quote_right]
Todo esto viene a cuento de la historia siguiente: hace bastantes meses tuve una entrevista con Carlos Osoro. Entre otras cosas le conté que el cardenal Tarancón contestaba de puño y letra (eso sí, con dos o tres líneas) las cartas que recibía. Yo soy muy antiguo y escribo muchas cartas pero, desde entonces, ningún obispo -el último, el de Cuenca-, ningún vicario se ha dignado a contestar ni acusar recibo.
Así pues, en la entrevista citada dije al arzobispo de Madrid que era importante que siguiera el ejemplo del recordado cardenal. Desde entonces le he escrito tres cartas con la callada por respuesta. Veo que mi recomendación cayó absolutamente en saco roto.
No solo eso. Hace ahora justamente seis meses envié un pen drive a Rouco Varela, a Osoro, a la Nunciatura y al Vaticano. Contenía una información exhaustiva sobre los artículos que se habían escrito contra el lujoso piso del primero, no solo los procedentes de las filas católicas sino de otros sectores menos afines; incluía también la parodia del cardenal en El Intermedio y, por supuesto, los vídeos del “escrache” ante la puerta de la calle de Bailén, con su pancarta más importante: “Rouco, lee el Evangelio”. Ninguno de los cuatro destinatarios se dignó ni siquiera a acusar recibo.
Del Vaticano no sé qué pensar. Aunque se utilizó un contacto muy directo, los vericuetos del camino no permiten asegurar que el envío llegase a su destino. La Nunciatura me sorprendió más. Yo estaba convencido de que una oficina diplomática cumplía con unos razonables protocolos. Pero lo que me ha preocupado ha sido la ausencia de respuesta del arzobispo de Madrid.[quote_left]La lujosa vivienda de Rouco, ese retiro dorado, ha producido un verdadero escándalo[/quote_left]
La lujosa vivienda de Rouco, ese retiro dorado financiado con dineros que los fieles han dado para otras necesidades, ha producido un verdadero escándalo y, a estas alturas, no es un asunto cerrado. Todas las manifestaciones, el hecho de más de 4.300 firmas en contra, ¿no exigían algún tipo de respuesta? Sobre todo teniendo en cuenta que no se trata de una oficina de atención al cliente sino del pastor de millones de fieles, que tienen derecho a ser tratados como adultos.
Se podría argüir que Osoro es parco en palabras pero no es así, todo lo contrario. Contra lo recomendado expresamente por el papa, en la parroquia de San Félix de Villaverde Alto, con motivo del 50º aniversario de su fundación, predicó 25 minutos. En la vigilia celebrada en el seminario por los refugiados tuvo una homilía de 40 minutos. En una misa en la iglesia de Covadonga mantuvo un sermón de tres cuartos de hora. Y un hombre tan locuaz, ¿no es capaz de redactar tres líneas para contestar a quienes, con un espíritu de colaboración, le escriben planteando algo, reclamando algo, proponiendo alguna cosa?
Decía al comienzo que estaba a la búsqueda de una palabra para calificar a personas semejantes. Ahora se me ocurre una, pero no me atrevo a escribirla.
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Me alegra saber que alguien hace llegar ese buen archivo que recoge lo que es opinión de muchos, muchos… No es extraño que no hayan respondido.