Hoy en día reconocemos que el espacio es una categoría importante para el análisis y la comprensión de cómo se configuran las relaciones humanas en una sociedad determinada. Las fronteras definen el espacio humano. Esto es especialmente evidente para las mujeres cuyas vidas están marcadas por las fronteras sociales, religiosas y culturales que las contienen y definen, sobre todo en situaciones donde se espera que la “buena mujer” se ajuste de forma desinteresada a la vez que alegre al espacio doméstico que se define especialmente para ella. Sin embargo, con su entrada en el espacio virtual, las mujeres reclaman un nuevo espacio más allá de las constricciones de las fronteras físicas y sociales. Las preocupaciones de las mujeres y sus cuestionamientos sobre los espacios que ocupan encontraron su expresión en la V Conferencia Bianual de Ecclesia de Mujeres en Asia (EMA) que tuvo lugar en Kuala Lumpur del 6 al 9 de noviembre de 2011.
Concebido en 2002, Ecclesia de Mujeres en Asia es un grupo de teólogas feministas asiáticas comprometidas con la formación de comunidades eclesiales y sociedades inclusivas y justas haciendo teología desde la perspectiva de las mujeres asiáticas. El tema de EMA 2011 fue “Asia conectada: hacia una teología feminista asiática de conectividad humana”. Treinta mujeres se reunieron en Kuala Lumpur para reflexionar y teologizar sobre el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y el ciberespacio en las mujeres en el contexto asiático.
El tono de la conferencia lo estableció Jac SM Kee, una activista malasia con sus palabras de presentación, que tuvieron por título “¡Recuperad la tecnología! Tomad control de la tecnología para los derechos de las mujeres” y en las que defendió el uso del ciberespacio para acabar con la violencia contra las mujeres. A esto siguió un artículo titulado De la ciber-iglesia a los tuits de fe, una reflexión crítica sobre las creencias de fe online y las prácticas actuales en la era de la Religión 2.0, publicado por Pauline Cheong, una profesora de universidad con raíces en Singapur y EEUU.
El resto de trabajos de la EMA fueron presentados por los propios miembros y las reflexiones se centraron en un amplio abanico de temas relacionados con la tecnología de la información como Retos teológicos y éticos de los puestos de trabajo en los centros de llamadas, Mujeres migrantes y tecnología de la comunicación, Uso de internet por las estudiantes de instituto, Visualizar el ciberespacio como posibilidad de dar a luz una nueva conciencia (India), Cuestiones de género en las cibertecnologías, El impacto de internet en las mujeres de Bangladesh, Re/producción de cuerpos vulnerables de mujeres asiáticas a lo largo del tiempo (virtual) y del (ciber)espacio en el caso de las mujeres japonesas y filipinas, Práctica espiritual a través de la fotografía en el contexto de Indonesia, Un análisis narrativo y retórico-social de Jueces 4, 7-24 en el terreno de Facebook y Twitter y Sacralizando el tiempo y el espacio. Discípulo SFX de Malasia, que se centraba en un grupo virtual cuya esencia inclusiva reta las prácticas excluyentes del gobierno en la gestión de la diversidad étnica, cultural y religiosa en el país.
Uno de los avances significativos más destacables de la EMA V ha sido la posibilidad de conectar oriente y occidente mediante videoconferencia utilizando Skype. Los lugares de observación fueron el Boston College, la Universidad de Fordham, la Universidad Barry, la Universidad Loyola en Chicago y la Universidad Santa Clara (todas ellas en EEUU) y esto se llevó a cabo en asociación con la Iglesia de la Ética Católica en el Mundo (IECM), que trata de apoyar el crecimiento de las conexiones regionales. Las presentaciones en Skype fueron ofrecidas por Agnes Brazal (Filipinas), Virginia Saldanha (India) y Kochurani Abraham (India). Agnes Brazal, en su artículo Ciborg habitado por el Espíritu, reflexionaba sobre cómo el ciborg ofrece nuevas formas de concebir al ser humano que trascienden la división hombre/mujer, material/espiritual y tratan de alcanzar el concepto más inclusivo de “materia habitada por el espíritu”. Virginia Saldanha habló “de cómo la revolución digital está creando un ‘mundo plano’ para las mujeres asiáticas” con especial énfasis en India; Kochurani Abraham, en su artículo Mujeres en el ciberespacio: una nueva clave para las políticas de localización emancipadoras, teologizó sobre el potencial liberador del ciberespacio para dotar a las mujeres de un “lugar de resistencia radical”.
El lanzamiento del cuarto libro de EMA, titulado Practicando la paz: teología feminista de las perspectivas asiáticas de liberación y co-editado por Judette Gallares (Filipinas) y Astrid Lobo-Gajiwala (India), supuso otro momento importante de la conferencia. Este trabajo, que une las ponencias de EMA IV, es una clara expresión del esfuerzo mantenido por parte de EMA para facilitar vías que permitan la formación superior de mujeres teólogas católicas. EMA V también propició un espacio para el diálogo interreligioso mediante la participación activa en una de las sesiones de Datin Paduka Marina Mahathir, una de las responsables de las Hermanas en el Islam, una ONG musulmana feminista establecida en Malasia cuyo activismo se basa en el principio de “plena compatibilidad entre derechos humanos y religión”.
Además del aliciente intelectual, la celebración de los lazos e interconexión de las participantes de distintos países de Asia hicieron de EMA V un espacio memorable, liberador y de conectividad para las mujeres asiáticas.