El pasado septiembre, tras meses de competición a ver quién da más –o se vende por menos-, Las Vegas Sands Corporation anunció que había escogido Madrid para levantar Eurovegas. Un día antes, se anunció la construcción de otro wonderland en Barcelona (en Tarragona; se llama Barcelona World para dejar claro que, como aprendió Alicia en el país de las maravillas, quien tiene el poder manda en las palabras).
Ambos son complejos de ocio y juego que, siempre según quienes los promueven, supondrán inversiones multimillonarias que generarán miles de empleos.
Resumamos los datos. Eurovegas ocupará unas 1.000 hectáreas, de las que 300 albergarían doce hoteles con 36.000 camas, seis megacasinos, 18.000 máquinas tragaperras, tres campos de golf, etc. Empezó prometiendo 250.000 empleos –palabra mágica -, pero a primeros de noviembre el presidente madrileño ya hablaba de 72.000. De todas formas, divinas palabras que convirtieron los higadillos de quienes gobiernan en agua de limón. Y eso que la inversión prometida se reducía a medida que el proyecto se hacía más posible (del “Serán 27.000 millones” al “Bueno, bueno, si eso, yo pongo 2.500 y tus bancos –rescatados- que pongan 4.500 y ya vamos viendo”.
El promotor es Sheldon Adelson, propietario de un imperio de arquitecturas notablemente horteras (pasen y vean en su web: http://sands.com), cuyo nombre (sands) remite a su naturaleza arenosa y estéril. Paul Samuelson, premio Nobel de Economía, dice que la industria del juego “consiste simplemente en la transferencia estéril de dinero o bienes entre individuos, sin crear nuevo dinero o nuevos bienes”.
Ante la falta de acuerdo con el multinacional magnate “arenoso” (algunas de cuyas exigencias para aposentarse en el Prat eran derribar el flamante estadio del Español CF y cambiar de sitio el aeropuerto), las autoridades catalanas volvieron sus ojos a otro potentado, éste local y del ladrillo, para la erección de Barcelona World. Eso sí, más modesto. “Sólo” necesitará unas 800 hectáreas para construir tres espacios de castizos nombres: Bcn Dream (seis casinos y varios hoteles con 12.000 habitaciones), Smart Cities (Brasil, India, China, Rusia y Oriente Medio de bolsillo) y Beach Club, que convertirá en playa de acceso exclusivo una que ahora, como exigen las leyes, es libre. Se sumarán así unos seis millones de turistas a los cuatro que cada año visitan la muy masificada y maltratada Costa Dorada. En los aledaños de Port Aventura, esta obra del genio humano está promovida por una empresa de nombre engañoso, Veremonte –¿de orégano?-, propiedad de Enrique Bañuelos, empresario valenciano enriquecido con la burbuja inmobiliaria y beneficios afines. La inversión prevista es de 4.500 millones de euros y se crearán, dicen los promotores, 30.000 puestos de trabajo.
Ambos recuerdan mucho a otros dos proyectos que, finalmente, no se llevaron a cabo: el casino Gran Scala en el desierto de los Monegros y El Reino de Don Quijote en Ciudad Real. Y a tantos parques temáticos como se han ido construyendo (Terra Mítica, Parque Warner, etc.), todos ellos lejos de ser rentables y de atraer a los turistas que prometían. Muchos, además, construidos con la participación de esas cajas de ahorros ahora rescatadas con nuestros impuestos y los recortes y requiriendo inversiones públicas nada provechosas para el conjunto de la sociedad.
Bienvenido, Mr. Adelson
Nos los han vendido como soluciones milagrosas a la crisis. Por eso ponen alfombra roja a los “benefactores” y poco les falta para involucrarnos en un recibimiento a lo “Bienvenido, Mr. Marshall”. La gallina de los huevos de oro, sin embargo, no parece muy ponedora. O quizá tiene ya los huevos comprometidos y por ello la decisión de Las Vegas Sands ha sido tan celebrada por los gobiernos implicados, así como por la patronal. En http://lordciruss.wordpress.com/2012/09/07/eurovegas-metrovacesa-y-los-grandes-bancos/ hay interesantes datos sobre la propiedad de los terrenos en los que previsiblemente se levantará Eurovegas.
Para el pueblo llano, no todo parece tan claro. Las decisiones se toman en un oscuro proceso, tras negociaciones siempre a puerta cerrada. A finales de noviembre, el consejero delegado de Veremonte declaró a El Pais que, varios meses antes de que se hiciera pública la existencia del proyecto, la Generalitat creó un equipo de trabajo “secreto” sobre Bcn World. Otros aspectos dudosos son de dónde provendrá el dinero, qué leyes habría que modificar, qué inversiones públicas requeriría, etc.
Lo poco que sabemos es por algunas noticias que se han ido filtrando, quizá como sondeo para ver hasta dónde se podría llegar. La inefable ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, repetía que “se cambiará todo lo que haya que cambiar”: leyes ambientales, fiscales, laborales y sanitarias, además de construir las infraestructuras que el cíclope requiera. Y su sucesor, Ignacio González, se ha mostrado dispuesto a hacer lo mismo y a crear “un marco legal” a la medida del empresario. El segundo de Adelson ha anunciado que en enero tendrán “más información sobre qué leyes son las que se van a aprobar a nuestro favor”.
Parece que tienen asegurado permiso para fumar en sus casinos y exenciones de impuestos municipales, como el IAE o el IBI. Tal vez los gobernantes han pensado que, si la Iglesia se beneficia de exenciones así, cómo no conceder un trato similar a estos otros templos tan de su devoción.
Según un muy recomendable informe de “Eurovegas NO” (www.ecologistasenaccion.org/article23836.html), se desarrollará “todo dentro de un ‘paraíso fiscal’ donde no se cumplirían hasta 30 leyes estatales y autonómicas”. Además del atropello a los derechos laborales. Los trabajadores y trabajadoras de muchos de los centros del magnate ni siquiera pueden sindicarse.
Ambos montajes reflejan el proyecto económico de quienes nos gobiernan para salir de la crisis y el país que quieren construir, pasando del pelotazo del ladrillo al del casino (previa vuelta al primero).
Una parte significativa de la sociedad no ha parado de movilizarse desde los primeros anuncios. Plataformas como Eurovegas NO (http://eurovegasno.blogspot.com.es) o Aturem Eurovegas (http://aturemeurovegas.org) informan a la ciudadanía. Grupos ecologistas, asociaciones de vecinos, sindicatos, ONG, asociaciones religiosas y muchas personas a título individual llevan a cabo diferentes iniciativas, como la semana contra Eurovegas o la carta que los vecinos de Villaviciosa de Odón han enviado a su obispo y a la Conferencia Episcopal oponiéndose a unos proyectos que son la estafa de unos truhanes, un negocio aberrante, vergonzoso e inmoral y un ataque frontal a la dignidad humana, a los derechos y libertades, al medioambiente y a los bienes comunes.