Cuando todos se van, ellos se quedan. Misioneros en tierras de conflicto
Pablo F. Gutiérrez Carreras y Noelia García Ayuelas
Ediciones Encuentro, 2014
El pasado 30 de septiembre se presentó, en un acto organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada en el colegio Jesús y María de Madrid, este libro que nos recuerda la esencia de la figura de los misioneros y misioneras.
No olvidemos que, etimológicamente, se trata de personas enviadas a desempeñar una tarea que le es encomendada. Sin embargo, en este libro a los religiosos y religiosas que se dedican a la misión no solo se les envía sino que, además, son quienes permanecen en los lugares de conflicto.
República Centroafricana, Argelia, Sierra Leona, Pakistán o Malí son algunos de los lugares donde han dejado huella con su entrega y dedicación. Buena parte de ellos y ellas sigue a pesar de las dificultades o la edad, porque el trabajo en la misión es una vocación con demasiadas experiencias de dolor difíciles de asimilar.
Pero, ¿por qué estas personas permanecen en medio de la guerra y la destrucción, por qué responden con amor y perdón a aquellos de quienes reciben afrenta y muerte? En los lugares de violencia extrema, se quedan con “su pueblo”, afirma el obispo español monseñor Juan José Aguirre, que predica con el ejemplo desde su paupérrima diócesis de Bangassou, al sur de la República Centroafricana, segundo país más pobre del mundo, donde permanece a pesar de tanta dificultad y dolor.
Quienes entregan su vida en las misiones permanecen junto a la cruz con las personas sufrientes, como María, recalca Aguirre: “Cuando se acaba la esperanza, nos queda la esperanza de volver a tener esperanza”.
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