Fieles a lo que han sido durante más de un cuarto de siglo de existencia, los Premios alandar, se entregarán en el colegio mayor Chaminade el próximo martes 16 de junio, a las 19.30 h. Este año los premiados son: la red de apoyo y acción en común para inmigrantes El Ferrocarril Clandestino, por su trabajo en el barrio de Lavapiés; la red internacional Mujeres de Negro, por su labor en la construcción de la paz; y el Forum de Pastoral con Jóvenes celebrado por la Revista de Pastoral Juvenil en su 50 aniversario.
La revista de información social y religiosa alandar quiere, de esta manera, reconocer la labor de quienes trabajan día a día en la construcción de un mundo mejor y más justo. Trayectorias valientes como la de la Revista de Pastoral Juvenil, que desde hace 50 años se esfuerza por llevar a los más jóvenes a Dios con creatividad y cercanía. El premio que alandar concede a esta revista quiere reconocer especialmente el valor de haber celebrado su aniversario con una mirada hacia el futuro –en lugar de recordar las ‘glorias’ del pasado–, en el Forum de Pastoral con Jóvenes que organizaron en Madrid el pasado mes de noviembre. Reciben el premio por llegar a la cincuentena soñando cómo debe ser, en el siglo XXI, una pastoral que verdaderamente se acerque a los jóvenes en su propia realidad e inquietudes.
Personas como las mujeres feministas y antimilitaristas de la red Mujeres de Negro que construyen la paz oponiéndose a las guerras, denunciando la violencia específica contra las mujeres y buscando la participación femenina en la resolución de conflictos y en las negociaciones de paz. Empezaron en 1988, en Jerusalén y, desde entonces, han seguido trabajando y manifestándose por la paz en Bosnia, Palestina, Colombia… allí dónde hay un conflicto ellas utilizan la no violencia.
Proyectos como El Ferrocarril Clandestino, impulsado por la religiosa Apostólica del Corazón de Jesús, Mª José Torres y su comunidad intercongregacional de integración. Una red de apoyo que nació en el madrileño barrio de Lavapiés, donde conviven más de cien nacionalidades distintas. El Ferrocarril –luchando contra las fronteras y por la libertad de movimiento– ha alzado la voz por los derechos de los colectivos más oprimidos de nuestra sociedad y se ha convertido en una red de apoyo mutuo, donde quien recibe ayuda un día puede ofrecerla al día siguiente.