Por Rafael Ortega
Un año más se cumplió el rito, pero un rito lleno de significado y de intenciones positivas. La entrega de los premios Alandar es todo menos una costumbre vacía: reconocimiento de vidas y obras, apoyo a las causas premiadas, amplificación del mensaje que dan los premiados…además de un encuentro de la gran familia alandariega. Hubo varias novedades en el encuentro: se celebró a mediados de septiembre -en vez de en la clásica cita de junio- y estrenamos director, Miguel Ángel Vázquez, tras la marcha hace casi un año de Cristina Ruiz.
El flamante director puso de relieve que los valores de la acogida y de la hospitalidad eran los que se premiaban en esta edición, cuya cita coincidía en el tiempo con el estreno del presidente Trump en la asamblea general de Naciones Unidas con un terrible discurso en el que avisaba de “los peligros de las migraciones y de las personas que migran”. Frente al discurso violento del presidente norteamericano, Miguel Ángel Vázquez defendió que actos como el de los premios Alandar dan voz a mensajes y a colectivos que necesitan ser escuchados.
El camino de la vida

Foto: alandar
Ernesto Bustio, el cura de Güemes y “alma mater” del albergue de peregrinos de ese rincón cántabro, fue presentado por Ricardo Olmedo, quien dijo de él que “es un hombre que va por el mundo a corazón abierto, que hasta llegar aquí ha recorrido el largo camino de su vida acompañado por muchos y acompañando a otros muchos que se fue encontrando en los márgenes de ese camino”.
Tras contar algunos episodios de su biografía, como los años de trabajo de Bustio en el barrio santanderino de San Francisco, se destacó la transformación de la casa familiar de Güemes en albergue y lugar de encuentro de los peregrinos a Santiago y de toda la gente que recorre la ruta de la solidaridad por el camino de la vida. “70.000 peregrinos han pasado en estos años por el albergue. Un lugar que está abierto todo el año a la acogida y que se ha convertido en el hogar de muchos y en foco de múltiples actividades solidarias, con jóvenes, con los reclusos del penal de El Dueso, con familias, con charlas de sensibilización, recogida de fondos para proyectos solidarios y un montón de iniciativas más”, se dijo en la presentación.
También se recordó cómo la gente de alandar y Ernesto comparten amistades de quienes ya están escritos en el corazón alandariego: Leónidas Proaño, Pedro Casaldáliga, Martín Valmaseda, Cerezo Barredo… La presentación acabó con un vídeo donde Bustio muestra a unas peregrinas los frescos que este último ha realizado para una capilla muy especial levantada en el jardín del albergue de Güemes.
Ernesto Bustio, en su intervención posterior, hizo hincapié en ese recorrido “de la esclavitud a la liberación que presentan los frescos de Cerezo y cómo dejamos claro ese mensaje a los peregrinos que acuden, en los últimos días lo hemos unido a la situación de los migrantes y refugiados. En esas imágenes de Cerezo Barredo, en ese camino de la vida, que es el camino de la fraternidad, nos encontramos creyentes y no creyentes que compartimos unos mismos valores y una misma lucha”. Terminó Ernesto Bustio recordando a los muchos voluntarios que no solo atienden a los peregrinos sino que también están implicados en muchas acciones solidarias. Y puso como ejemplo el trabajo con personas reclusas en el penal de El Dueso y su aportación a un proyecto educativo en Guatemala.
Tragedia en el Mediterráneo
Tras un estremecedor minuto de silencio para recordar a las miles de personas migrantes que han perdido la vida en el intento de cumplir su sueño de una vida digna y en paz, Pepa Moleón presentó a la otra premiada, la ONG Proactiva Open Arms. “Queremos que digáis a las personas que rescatáis que hay mucha gente que quiere hacerle un hueco en nuestros países, que no tenemos la valentía y la locura de lanzarnos al mar, pero que estamos detrás de vosotros para que vuestro trabajo y vuestro esfuerzo no sean en vano, para abrirles espacios de acogida y exigir a quienes nos gobiernan que cumplan sus compromisos”.
Juanfe Jiménez, médico de emergencias y colaborador de Proactiva, recogió el premio. “Cuando tú ves a tantas personas en una embarcación frágil en medio del mar te das cuenta de la magnitud de la tragedia que hay detrás. Muchos no saben en qué se meten, otros no han visto el mar nunca o se creen que es un río, y pagan cantidades astronómicas que van de los 500 a los 3000 euros”, contó Jiménez.
Este médico estuvo en Lesbos rescatando a personas sirias y en el Mediterráneo central auxiliando a quienes hacen rutas más largas. “Llegar a Lesbos fue un antes y un después en mi vida. Me dejó asombrado la determinación de los que escapan en los barcos, cómo llevan sus escasas pertenencias encima, su emoción al llegar a tierra firme… Todo esto me dejó tocado. En mi primera intervención, en primer lugar rescatamos cinco cadáveres flotando en el agua, no sabemos qué pasó con los más de cien que iban en la nave”.
A la pregunta de Pepa Moleón sobre la realidad de las mujeres migrantes, Jiménez recordó que “la situación de los que llegan a Libia es terrible, porque es un país donde matar a un negro sale gratis. Pero la violencia contra las mujeres tiene un recorrido aún mayor, se trata de la violencia sexual que se ejerce contra ellas. De las personas que rescatamos, un 20% son mujeres y muchas están embarazadas porque han sido violadas. Todas saben que en su camino van a sufrir violaciones y toman anticonceptivos desde que salen de su país hasta que llegan a Europa. La situación de las mujeres es mucho más terrible que la de los hombres”.
Novedades en alandar
Tras la entrega de premios, Miguel Ángel Vázquez presentó las iniciativas que ya se ha puesto en marcha -la remozada página web de alandar– y otra que estará lista a finales de octubre: Radio Alandar
En el acto, también intervino Salvador Mendoza, de la administración de la revista, que señaló el gran esfuerzo en poner al día la publicación pero también advirtió del descenso de suscriptores. Pese a todo, lanzó un mensaje de optimismo y esperanza en que la gran familia alandariega continúe manteniendo este proyecto periodístico.
Se acabó la velada, con un par de canciones de Gaudea y un rato de charla y encuentro con los premiados y los asistentes en la cafetería del colegio mayor Chaminade, que un año más cedió las instalaciones para la cita anual de alandar.
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