La sociedad liberiana se organiza ante la incapacidad gubernamental y la pasividad internacional

Los medios para controlar el virus en África son muy limitados. En Liberia se producen más de la mitad de las muertes por ébola, la mayoría de ellas, mujeres. Grupos de personas voluntarias coordinan ya las labores de lucha contra una propagación que las autoridades, sin medios suficientes, no pueden controlar.

La Organización Mundial de la Salud cifra en 1.500.000 las personas que pueden estar infectadas por el virus del ébola en África occidental cuando llegue el próximo mes de enero de 2015.

Por ahora, la enfermedad ha matado ya a cerca de 3.500 personas en esta zona del planeta. La mitad de estas muertes han tenido lugar en Liberia, donde todas sus regiones registran casos.

“En este pequeño país, los hospitales están saturados y la falta de tratamiento en los centros hospitalarios está contribuyendo a la rápida extensión del virus», aseguran los Hermanos Maristas desde Monrovia, la capital.

La comunidad internacional lleva semanas enviando material y personal especializado para frenar la propagación y EEUU ya ha puesto en marcha una operación militar sin precedentes en este sentido.

Muchos centros se han establecido en Monrovia y, de forma gradual, Médicos Sin Fronteras se está trasladando a las áreas rurales para un trabajo de campo más acotado. Mientras, el ministro de Juventud y Deportes hizo en septiembre un llamamiento a la juventud del país. Miles de jóvenes se han organizado voluntariamente para colaborar. Un hecho inédito, cuentan los religiosos desde allí.

A principios de agosto se decretó el estado de emergencia en el país por un plazo de tres meses. Esta medida de prevención significa un aislamiento muy marcado de las familias liberianas, ya que implica «la limitación de sus derechos y libertades, de reuniones y prácticas culturales, de los horarios de salida…», explican los maristas.

Además, las mujeres sufren especialmente este drama. El 75% de las muertes a causa del ébola en Liberia son femeninas, «algo insostenible para las madres y las familias».

Estas cifras no se deben a que las mujeres tengan un organismo más débil que los hombres o a que esta enfermedad les afecte de manera más fuerte a ellas, sino a los diferentes roles que desempeñan éstas en este tipo de países, donde se ven expuestas cada día a todo tipo de enfermedades.

El proyecto de emergencia implementado en Liberia por la ONGD SED y su colaborador marista en Monrovia ya está en marcha. Decenas de proyectos no gubernamentales como este se han activado en cuestión de semanas.

Hoja de propaganda para la prevención de la transmisión del ébola. Los esfuerzos de estas iniciativas gestionadas sobre el terreno se centran, sobre todo, en disminuir el contacto con animales salvajes, evitar el consumo de carne cruda, emplear guantes y prendas protectoras, lavarse las manos frecuentemente, difundir mensajes de información y prevenir la infección en los centros de salud.

El Gobierno de Liberia limita el uso de cámaras de vídeo y fotografía y la grabación de audio en las áreas de trabajo. «Es necesario mejorar el entendimiento de la situación en que se encuentra el sistema de salud en Liberia a nivel local y mundial», dijo el viceministro liberiano de Sanidad, Tolbert Nyenswah, en rueda de prensa. Monrovia argumenta que, restringiendo la información relacionada con la lucha contra el ébola, protegerán la privacidad de pacientes y personal sanitario, así como la salud y la seguridad de los periodistas locales e internacionales. Sin embargo, el Sindicato de la Prensa de Liberia considera que esta medida es, en la práctica, una censura a la actividad del periodismo.

La presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, le ha pedido al jefe de la nueva Misión de las Naciones Unidas para la Lucha contra el Ébola (UNMEEER), Anthony Banbury, apoyo para contener la propagación en los lugares aislados del interior del país.

«Empezamos a ver una estabilización [de la epidemia], una desaceleración del número de personas que se presentan en los centros de atención médica», afirmó en octubre Johnson Sirleaf. La Organización Mundial de la Salud, la OMS, no es tan optimista y ha confirmado que ya son más de 2.000 los fallecimientos en Liberia.

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