Da gusto que Charo Mármol nos refresque la memoria y su artículo sea el hilo conductor de los más honrosos y añorados momentos del periodismo, así como también de las voces que hoy son un toque de atención esclarecedora entre tanta confusión y desconcierto.
Gracias, Charo, por recordarnos nombres tan inolvidables como encomiables del periodismo de género… Ayer las y los hubo. Grandes y valientes. Hoy los y las hay. ¡Más alto por favor!
Y a la vez, leyendo tus comentarios y reflexiones, he regurgitado reflexiones indigestas sobre el periodismo más “visible” hoy. Y digo visible porque, si nos da la gana de abrir los ojos en otras direcciones y sentarnos a deglutir amargas (por certeras) reflexiones sobre el “acontecer político” (que política lo es todo),no hay excusas para no saber, no entender, no decir.
Lo más tóxico del periodismo hoy es su facticidad. Es decir, aquí van los hechos. Eso es lo que está ocurriendo; y venga imágenes pasto del morbo y que solo apuntan a decirnos que “eso” nada tiene que ver con nosotros.
Me sube la bilis al paladar con un amarguísimo gusto que las neuronas traducen en: Y eso, ¿por qué ocurre?; y eso, ¿por qué es así?; y eso, ¿a qué se debe?; y eso, ¿de dónde viene?
Venga, señores periodistas, hagan el favor de investigar y añadir a sus noticias las causas (complejas, oscuras, no lo dudo, pero que ahí están) de todo aquello que nos cuentan. No quiero un bombardeo aturdidor de noticias, pido una explicación razonada de las causas y porqués, de aquella concatenación de hechos que han llevado a esta situación que nos están enunciando.
Que todo es muy complejo (¡o no tanto!) y arduo de esclarecer, no lo dudo. Pero es cuestión de profesionalidad… más la justa remuneración de vuestro trabajo. Quiero que nos contéis también, además de las truculencias y de los miedos que nos metéis, cuáles son los orígenes y la gestación de tanta sinrazón con la que nos mareáis.
Y gracias por vuestro, a veces, arriesgado trabajo (¡y que el riesgo no sea en vano!).
Y bien Charo, me quedan muchas cosas en el tintero pero quiero “tener la fiesta en paz”, que tanta flor de primavera y tanto aroma dulzón embellecen mis ciénagas neuronales. Y me da un gustito…
Un beso.