Desde el Vaticano se ha insistido en que los cristianos tienen derecho a ejercer la libertad de culto y de religión y especialmente las comunidades cristianas, «sobre todo en aquellos lugares afectados por la violencia y los atentados». Estas comunidades tienen derecho «a ejercer su libertad de culto y de religión».
Y es que debemos reconocer que las comunidades cristianas en Medio Oriente «necesitan un apoyo moral y espiritual» por parte de todos. El respeto a los cristianos permite «apagar los posibles brotes anticristianos» que se manifiestan en la región y es conveniente subrayar la necesidad de que se eviten las emigraciones de estas personas (cristianos) de su tierra natal, a pesar de que la situación socio-política es todavía muy tensa en varios países.
Además, cabe también recordar los atentados perpetrados contra la comunidad cristiana en países como Egipto e Irak y pedir que la región obtenga «el don de la paz y la justicia para todos».
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