
Somos una comunidad cristiana surgida dentro de una parroquia de barrio que, precisamente en este 2014, ha cumplido 50 años. Durante todo este tiempo transcurrido (48 años) hemos tenido como párroco y alma de este proyecto a la misma persona, nuestro querido Sebastián que está próximo a cumplir 84 años y sigue manteniéndose activo y comprometido en este servicio ministerial.
Nuestra comunidad ha crecido junto a movimientos obreros cristianos, impulsada por el espíritu del Concilio Vaticano II, que ha madurado a partir de las aportaciones de la teología de la liberación, iluminada por las experiencias de comunidades de base y comunidades populares de España y América Latina.

Nos definimos como una comunidad con una identidad propia, con una opción clara en la lucha por la construcción del Reino desde el seguimiento de Jesús de Nazaret, que nos propone un estilo de vida basado en las Bienaventuranzas y el compromiso por la liberación de los empobrecidos. Nuestros pilares son: la fraternidad, que se fundamenta en las relaciones de igualdad y en la certeza de que somos hermanos y hermanas en Cristo, movidos por el mismo Evangelio. La oración como espacio de encuentro con Dios, que nos lleve a dar sentido a nuestra vida y potencie nuestro compromiso personal y comunitario. Y la formación en la fe, de forma permanente y progresiva, para vivir en comunidad y quehacer comunitario.
Las celebraciones son consecuencia y expresión de una vida de fe comprometida, que llene de contenido todo lo que se celebra, de forma creativa y festiva, alegre y sentida, y donde se potencie el carácter comunitario y participativo de los sacramentos.

Una comunidad que concreta la opción por los más pobres a través de nuestro compromiso personal y comunitario, haciendo nuestra la causa de las personas empobrecidas y excluidas, teniendo mayor implicación en los campos de marginación, sobre todo en nuestra realidad: drogadictos, mujeres maltratadas, enfermos, inmigrantes… luchando codo con codo por la justicia.
Una comunidad que potencia el discernimiento y el consenso, respetando los disentimientos y viéndolos como oportunidad de crecimiento, sin miedo a experimentar cosas nuevas, con valentía a nuevos acontecimientos y experiencias.

Todos los años iniciamos el curso con una asamblea, que es una ocasión importante y especial en la vida de la comunidad. Esta se abre a Dios, para que su Espíritu le indique el camino a seguir en su proceso de fidelidad al Evangelio de Jesús y al pueblo al que quiere servir y evangelizar. Un documento de contenido teológico, preparado por miembros de nuestra comunidad, nos sirve de referencia para nuestra reflexión durante este proceso.
Todos los miembros de nuestra comunidad están integrados en un itinerario de formación de la fe a través del precatecumenado, catecumenado, grupos comunidad, cursillos, talleres, encuentros que, partiendo de la vida, nos lleven a la experiencia cristiana y al compromiso. Nos organizamos como comunidad intentando que nuestras estructuras sean sencillas y den respuesta a nuestras necesidades. Actualmente funcionamos con los siguientes grupos:

Coordinador (Consejo Pastoral): es el órgano representativo de la comunidad y parroquia, compuesto por representantes de los distintos grupos que la integran. Sus objetivos son: organizar, coordinar, concretar y velar por el funcionamiento de la comunidad decidido en asambleas; impulsar los fines evangelizadores de la comunidad parroquial; velar para que nuestra comunidad sea una comunidad cristiana de base que opta por los más pobres, fiel a Jesús de Nazaret y que esté sustentada en estos cuatro pilares: oración, fraternidad, compromiso y educación en la fe.

Catequesis: grupo de catequistas que se responsabiliza de todo el proceso de formación en la fe desde niños a adultos. Los objetivos propios de la catequesis de nuestra comunidad son: una iniciación en el misterio de Cristo; una iniciación en la vida evangélica; iniciación en la oración y celebraciones litúrgicas; iniciación en el compromiso apostólico y misionero; iniciación en la comunidad fundamentando y consolidando la fe.
Liturgia: grupo cuyo servicio es todo lo relativo a la preparación de las celebraciones litúrgicas. Los objetivos generales del grupo son: potenciar la formación litúrgica de nuestra comunidad; conseguir que nuestras eucaristías tengan un carácter eminentemente celebrativo y festivo; motivar a las personas a la participación en las celebraciones; sensibilizar a la comunidad para que reconozca y celebre las liberaciones de mujeres y hombres, sabiéndolas descubrir en los conflictos diarios. Este grupo se divide a su vez en dos subgrupos: celebraciones y canto.

Animación a la militancia: grupo que se encarga de motivar a la participación en las organizaciones y reivindicaciones populares. Los objetivos generales del grupo son: que la comunidad asuma la evangelización como una experiencia nueva y gozosa de la acción del Espíritu en ella, que necesita transmitir; potenciar la misión de militancia como tareas comunitarias y personales, profundizando en los modos de Evangelización, que se concretan en el anuncio de la Palabra, el testimonio de vida, la acción transformadora del mundo, la denuncia profética, todo ello desde la encarnación en la realidad del mundo de los pobres, integrándonos en sus organizaciones.
Acción solidaria: grupo que dinamiza las pastorales de la salud, mayores y tercer mundo y canaliza la comunicación de bienes comunitaria hacia las necesidades del barrio y proyectos solidarios. Sus objetivos son: compartir nuestra vida con los pobres y marginados; profundizar en los sentimientos que Cristo vivió y compartió con los marginados; investigar e incentivar nuevas formas de compartir; vivenciar la pobreza y el servicio desde y con las personas empobrecidas, desde la realidad de cada día; trabajar para que, conjuntamente, descubramos la necesidad de luchar contra las causas de la pobreza.
Todos los años, al comienzo del curso, fijamos un calendario con los actos y celebraciones que los distintos grupos programan a nivel comunitario. Como parte de nuestra organización, programamos en verano una convivencia comunitaria en donde, durante unos días, muchos miembros de la comunidad vivimos la experiencia de compartir la vida en todas sus dimensiones. La oración comunitaria tiene también su especial relevancia, para lo cual se tienen fijadas unas jornadas de oración distribuidas durante el curso que pueden ser fines de semana, tres días y encuentros más largos (de una semana). Se ponen a disposición de los miembros de la comunidad para que cada cual se adapte a lo que mejor le venga según su momento y necesidad.