Permítanme que insista. Pero es que, sin ese adjetivo, el día internacional de la mujer no tiene sentido. Y para intentar convencerles les voy a hablar de Lorena. Lorena ha sido trabajadora de Lefties (la marca blanca de Zara). Tras casi veinte años empleada por la empresa ha sido despedida. Y lo que asombra no es el despido, sino que una multinacional como Inditex aplique un despido disciplinario alegando estas causas: no haber repuesto las bufandas en el tiempo exigido; no ser lo suficiente rápida en caja; alegando un bajo rendimiento; tener desavenencias con sus superiores; trabajar un 60% en comparación con el resto de sus compañeros.
Según sus compañeras, delegadas sindicales, es a todas luces un despido injusto a una trabajadora veterana, aplicando a conciencia y sin escrúpulos, no habiendo notificado nunca ninguna sanción anteriormente. Les preocupa este despido. No se pueden consentir despidos tomando este tipo de medidas porque son totalmente subjetivas y aleatorias. Lorena, como muchas de sus compañeras, son mujeres, madres, trabajadoras que se merecen al menos la dignidad de poder defenderse de esas acusaciones. Por eso piden, pedimos, la reincorporación de Lorena y no una indemnización.
Es en el mundo del trabajo en el que la mujer sigue sufriendo peores condiciones laborales, salarios más bajos, más precariedad, más paro…
Lo que le ha pasado a Lorena, le ha pasado por ser mujer trabajadora. Y hay y habido cientos, miles de Lorenas. Hay un espacio que es especialmente reacio a la igualdad: el mundo del trabajo. Es en el mundo del trabajo en el que la mujer sigue sufriendo peores condiciones laborales, salarios más bajos, más precariedad, más paro, y menos derechos en protección por desempleo o en pensiones. Y más abusos, como los que Lorena ha sufrido.
Por eso el 8 de Marzo lo que queremos conmemorar en todo el mundo es la lucha de las mujeres por la igualdad, el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos. La génesis de este día fue precisamente un mes de marzo del año 1908. Ese día un hecho trascendental marcó a fuego la historia del trabajo y de la lucha sindical de EEUU y el mundo entero. Ese día 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York. Y murieron tras la huelga que declararon para que se redujera su jornada laboral a ¡10 horas! Pedían también el mismo salario que los hombres y mejorar las condiciones que vivían en el trabajo. Se encerraron en la fábrica para lograr estos objetivos. El resultado fue la muerte de las obreras que se encontraban en el interior.
Eran mujeres que convivían con la precariedad en el trabajo y en su día a día, tomaron conciencia de esa realidad y se decidieron a luchar, organizándose para mejorar su situación como mujeres trabajadoras. Eso fue lo que les llevó a la muerte. Eso es lo que recordamos y no podemos olvidar el día 8. Por eso quien se empeña en quitarle el adjetivo a ese día, pretende que olvidemos la lucha de esas mujeres trabajadoras y hacer que se olvide el carácter reivindicativo del propio día 8.
Todas y todos somos Lorena. Todas y todos debemos alzar la voz este día. Recordando a esas mujeres trabajadoras y las brechas que debemos seguir desechando en esta lucha común hacia una igualdad integral.
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