Abusos sexuales en la Iglesia: Pasar de las tinieblas a la luz

El pasado domingo 19 de diciembre El País publicaba una extraordinaria noticia: Un dossier de 251 casos inéditos de abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia Católica española entregado por el diario al papa Francisco y al cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), propiciará la primera investigación sistemática de los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia Española.

La noticia fue un destello de esperanza seguida, una vez más, de una decepcionante reacción por parte del organismo de los obispos españoles, que, como Pilatos, preguntó aquello de «¿Y qué es la verdad?», cuestionando el rigor de la investigación periodística  y perdiendo de paso la oportunidad de dar un claro paso al frente en la investigación colectiva de los abusos. A la hora de escribir este editorial, la realización de la investigación, que debería llevarse a cabo si se siguen las últimas instrucciones vaticanas al respecto, es incierta.

El dossier remitido al Papa es la culminación del excelente trabajo periodístico desarrollado por el único medio de comunicación español que ha investigado el tema de los abusos dentro de la Iglesia Católica de forma continuada. Un trabajo que debe mucho al empeño y coraje de los periodistas Julio Núñez e Íñigo Domínguez, quienes en octubre de 2018 comenzaron a bucear en ese mundo de dolor y vidas rotas para rescatar los restos de los naufragios y dar voz a las víctimas.

Gracias a su dedicación, hoy sabemos que desde los años treinta ha habido en España al menos 602 casos de sacerdotes, religiosos y laicos ligados a la Iglesia que abusaron de la confianza y la inocencia de 1.237 víctimas. Muchos más de los 220 admitidos a regañadientes por la CEE y muchos menos de los que, según todos los expertos en el tema, realmente existen. Tristemente, estas cifras no son más que la punta del iceberg de un drama que se alimenta del silencio y la ocultación.

Un drama que tiene también mucho que ver con un funcionamiento eclesial jerárquico, clerical y misógino una cierta concepción de la Iglesia basada en el concepto de jerarquía y en el poder del estamento clerical. Una concepción que nada tiene que ver ni con la idea de Pueblo de Dios ni con el Evangelio, en donde Jesús dijo aquello de «Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos» (Mc 9, 35). Una concepción, que esperamos que el Sínodo sobre la sinodalidad convocado por el papa Francisco entierre definitivamente.

Un drama del que no son responsables solo los abusadores, los agentes de pastoral y, sobre todo, los sacerdotes,  que han profanado la inocencia de menores indefensos, sino también sus superiores y obispos, que en numerosas ocasiones han ocultado los hechos, casi todas las ocasiones en que han tenido constancia de estos hechos los han ocultado, temiendo el escándalo o movidos por un falso sentido del compañerismo que no es sino, en el fondo,  por el corporativismo clerical. La responsabilidad de la Iglesia como institución en este tema es tristemente innegable.

En Alandar hemos hablado en diversas ocasiones acerca de este doloroso asunto y dado voz a las víctimas para contar sus historias. Incluso hemos reconocido la labor de la única asociación de víctimas de abusos a menores en la Iglesia Católica que existe en España, Infancia Robada, con un Premio Alandar. Aún así tenemos el sentimiento de no haber hecho lo suficiente. Por ello, en las próximas semanas buscaremos unir fuerzas con otros colectivos cristianos de base para hacer llegar a la jerarquía eclesiástica española nuestra exigencia para que cambie de dirección, deje de revictimizar y se ponga a disposición de las víctimas para aportarles la verdad, la justicia y la reparación que merecen.

Más allá de la investigación de los 251 casos concretos que relata el dossier de El País, la CEE, la Confederación Española de Religiosos (CONFER) y las distintas órdenes, institutos y movimientos religiosos activos en nuestro país, deben poner en marcha inmediatamente una investigación completa e independiente de lo que ha sucedido en parroquias, seminarios, campamentos, colegios y otras instituciones y acontecimientos organizados y regentados por ellos. Debe seguirse así el ejemplo de lo que se ha hecho en otros países como Irlanda, Alemania, Estados Unidos o, más recientemente, Francia; y de la Iglesia portuguesa que ha anunciado que lo hará a lo largo de los próximos meses.

Incluso admitiendo que ya se estén investigando los abusos en algunas diócesis y órdenes e institutos religiosos, la gravedad de los hechos y el respeto a las víctimas, tantas veces ninguneadas y revictimizadas en su proceso de denuncia, exige una investigación independiente.

Es hora de pasar de las tinieblas a la luz en el tema de los abusos. Y es hora de que todos hagamos lo que esté en nuestra mano para que esto suceda. Porque, como dice el proverbio chino, «vale más encender una vela que maldecir en la oscuridad».

Esperamos que en 2022, cuando se cumplen 20 años de la serie de reportajes del Boston Globe que terminó de desenmascarar la realidad de los abusos en la Iglesia Estadounidense –historia que tan acertadamente retrató la película Spotlight–, y tres desde la cumbre anti-pederastia convocada por el papa Francisco, las velas que todos podamos encender iluminen definitivamente esas zonas erróneas de la Iglesia española y que eso haga posible que las víctimas encuentren una mínima reparación de su dolor.

Mientras eso se produce, ofrecemos a las víctimas, con toda humildad, toda indignación y toda admiración hacia aquellas que, a pesar de todo, se han atrevido a denunciar estos crímenes horrendos, nuestra solidaridad y nuestro abrazo.

Autoría

2 comentarios en «Abusos sexuales en la Iglesia: Pasar de las tinieblas a la luz»

  1. Jesús Antonio Zudaire Galdeano. Presidente de la Asociación

    Perdona que te haga una apreciación.
    La Asociación Infancia pérdida, no es una Asociación de Víctimas. Tiene componentes no víctimas. la Asociación De Víctimas De Abusos, de Navarra, hemos sido pioneros en el estado, por desgracia, formada sólo por víctimas. Nuestro correo electrónico es abususos iglesis@gmail.com . Está a tu disposición para cualquier información. Excelente reportaje que habéis escrito. Gracias

  2. Jesús Antonio Zudaire Galdeano. Presidente de la Asociación

    Perdona que te haga una apreciación.
    La Asociación Infancia pérdida, no es una Asociación de Víctimas. Tiene componentes no víctimas. la Asociación De Víctimas De Abusos, de Navarra, hemos sido pioneros en el estado, por desgracia, formada sólo por víctimas. Nuestro correo electrónico es abususos iglesia@gmail.com . Está a tu disposición para cualquier información. Excelente reportaje que habéis escrito. Gracias

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