MO.CE.OP. celebró la pasada primavera su encuentro al que, cada tres años, nos convoca de manera estatal y más de 80 personas acudimos de todos los rincones de España. La alegría de los niños que acompañaron el encuentro y los actos previamente programados aliviaron la seriedad, de los diferentes talleres.
Rabindranath Tagore, traduciendo a un poeta sufí del siglo V, dice que la mística es “la música del encuentro de alma a alma, la música que hace olvidar todo dolor…”.
Los abrazos, las caricias, la ausencia de miradas recelosas (tan frecuentes en la vida ordinaria que llevamos) mostraban la alegría de una fe compartida y la misma honda inquietud que todo corazón noble siente hoy ante la grave situación política y social que vivimos.
Sí, para gozar de esa mística hace falta, además, exclamar con el poeta:
“Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura;
Y yéndolos mirando
Con sola su figura
Vestidos los dejó de su hermosura…”
Tampoco esa belleza y encanto naturales faltaron en el encuentro. La belleza de las lagunas se nos presentaba a los ojos con todo su esplendor por los ventanales del albergue; el sonido del agua en las cascadas era fácil escucharlo en los momentos de silencio. La ardilla que se nos cruza en el camino, el sapo torpe que llega hasta el albergue y se refugia de nuestros pies en un rincón de la puerta mientras le contemplamos con lástima por haberse perdido, con ganas contenidas de cogerle… Todo ello era parte del encuentro.
Los símbolos y las parábolas, que pueden manifestar mejor lo que la razón no expresa y que, más bien, casan con ese orden de lo indecible -pero no por eso menos real y verdadero- fueron el componente principal en la reunión. Centrados en ambiente marinero, no faltó el “Superpetrolero”, siniestra representación del sistema que nos domina y que ignoramos dónde nos llevará… Claro, que” los piratas” tampoco estaban ausentes…
“Tierra a la vista”… Los retos están ahí, los signos de los tiempos hay que descubrirlos. Este era el tema de uno de los talleres de trabajo en equipo y que hacía referencia al lema del encuentro: Conéctate al futuro. Dejemos de lado ese viejo “Nuevo Mundo” por “Un Mundo Nuevo”.
La eucaristía fue un crucero donde, en cada puerto al que arribábamos, se nos mostraban sus riquezas y belleza junto con la explotación y el dolor de las personas pobres y oprimidas de la Tierra. Las lecturas del Evangelio y la Biblia a este propósito nos resultaban verdaderamente emocionantes y enardecedoras, todo nuestro sentir hizo que el encuentro cumpliera los objetivos que MO.CE.OP un año más se había fijado.
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