Otra economía

pag10_iglesia_web-10.jpg“Economía” es el tema de la Agenda Mundial Latinoamericana 2013, traducida en diversos idiomas y editada en varios países. Cuando hablamos de agenda, pensamos en compromisos a asumir y plazos a cumplir. El sentido etimológico del término latino agenda es eso: lo que debe ser hecho. La Agenda Mundial Latinoamericana cumple ese objetivo, pero va más allá. Cada año desarrolla un tema que comunidades y movimientos son invitados a profundizar. Esa Agenda es publicada en América Latina desde 1992, pero desde el año 2000 pasó a ser mundial y actualmente también se publica en España, Italia y Suiza.

En 2012, la Agenda trató del bien vivir como criterio de organización de una sociedad nueva. Ahora, para 2013, particulariza las consecuencias de ese criterio de organización social en el mundo de la economía. Propone, entonces, otra economía como necesidad urgente y posible. Basta ver la crisis mundial y de países como España para darse cuenta de cómo ese asunto es vital y alude a toda la ciudadanía. La economía es un asunto demasiado serio como para ser tratado solamente por técnicos y burócratas, con intereses corporativos a preservar y defender. La economía verdadera debería ser la administración de la sociedad como casa común. Es responsabilidad de todos y todas para que vivamos la paz y la justicia. Desgraciadamente, las religiones no dan la necesaria atención a la economía.

En América Latina, algunos pastores pentecostales actúan de forma deshonesta, explotando la conciencia y la fe de las personas pobres. La llamada “teología de la prosperidad”, desarrollada por ellos, se opone al Evangelio de Jesús. Solo busca enriquecer a los pastores y estructuras eclesiásticas. Las Iglesias históricas tienen más cuidado ético pero, casi siempre, tratan la economía como un tema moral. Repiten valores como amor y justicia. Considerados solo como virtudes individuales, esos valores son totalmente inocuos frente a una economía organizada como estructura social y no como acción voluntaria de parroquianos y parroquianas de buena voluntad. Por eso, la doctrina social de la Iglesia no logra dar una palabra profética, ni proponer una alternativa justa a la actual realidad económica.
Puede ser que ese asunto no parezca tener nada que ver con la celebración de la Navidad de Jesús, pero tiene mucho. Primero porque socialmente es una fiesta de comunión y solidaridad. No sería verdadero desear a nadie “Feliz Navidad” si vota o apoya un sistema que impide a las personas de vivir dignamente. No habrá Navidad buena si no se lucha por una vida digna y justa en todos los tiempos. Las personas cristianas creen que la Navidad celebra el hecho de que Dios se hizo presente en Jesús de Nazaret e hizo de él testigo de su proyecto de un mundo nuevo posible. Para eso, otra economía es indispensable.

La economía solidaria y social testimonia lo que dijo Jesús: “vino para que todos y todas tengan vida y vida en abundancia” (Jo 10, 10). Y aún: “Donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6, 21).
Para más información, descargas on line y puntos donde conseguir la agenda:
http://latinoamericana.org/

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