“El clero y Gallardón roban un montón”. Este era el eslogan que más de un centenar de personas repetían hace un año ante el Ayuntamiento de Madrid al saber que la administración de Alberto Ruíz-Gallardón, del partido Popular (PP) daba vía libre a la cesión de 25.000 metros cuadrados del Parque de la Cornisa San Francisco El Grande al Arzobispado de Madrid, como parte del Plan Parcial de Reforma de la zona.
Cinco nuevos edificios (la Casa de la Iglesia, sede del Arzobispado, con una fachada de 140 metros, una biblioteca diocesana que se convertiría en el futuro en una universidad eclesiástica, una residencia para los sacerdotes, oficinas y un centro de acogida para los indigentes), un aparcamiento con 200 plazas y dos calles destrozarán uno de los lugares históricos de la ciudad, los jardines de las Vistillas (diminutivo de vista, debido a la zona panorámica de la que surge la Iglesia de San Francisco), inmortalizados en los cuadros de Goya, Texeira, Winthuysen, Velázquez… Y quitarán a los madrileños 15.000 metros cuadrados de zona verde, esto es, parte de de un parque al lado del río Manzanares, todo un paraíso de aire limpio, de juegos para niños…
Durante años los habitantes de la zona han luchado, junto a arquitectos, artistas y ecologistas para que la operación no se pusiera en marcha. Se han querellado además contra el Ayuntamiento y están a la espera de la sentencia. María Ruíz de Gana, presidenta de la Asociación de Vecinos Cornisa-Vistillas, ha denunciado igualmente la adquisición progresiva por parte del Arzobispado de locales y edificios en los alrededores del parque, donde de hecho en los últimos años se han multiplicado las “librerías católicas y pisos propiedad de la Iglesia”, que parece no tener otro objetivo más que “apropiarse de todo este territorio”.
En una nota de la agencia Efe se explicaba que “el actual plan de reforma de la Cornisa nace de un acuerdo” al que llegaron “en 2005 Ruíz-Gallardón y el arzobispo Antonio Rouco Varela”, para cuya ejecución el Plan General de Ordenamiento Urbano fue modificado un año después”.
En el Ayuntamiento, con mayoría del PP, la oposición – Partido Socialista (PSOE) e Izquierda Unida (IU)- han librado batalla contra el proyecto. El portavoz del PSOE, David Lucas, acusó a Gallardón de “complicidad” con el arzobispo de Madrid, el cardenal Rouco Varela, a quien “se ha autorizado a destruir” (varios edificios tendrán que ser también demolidos) la Cornisa de San Francisco. “Es una aberración urbanística, un atropello histórico”.
Desde el PP dicen que no se ha cedido nada al Arzobispo, sino que se trata de “un trueque de parcelas”, y la coordinadora general de Urbanismo del Ayuntamiento, Beatriz Lobón, aseguró que “no se tapará por el hormigón”, puesto que los edificios proyectados «estarán semienterrados» y sus cubiertas «estarán ajardinadas para dar continuidad a las zonas verdes”. En el boletín del Ayuntamiento de Madrid pueden encontrarse los detalles del acuerdo pasado 27 de febrero. Se revela que a cambio de los terrenos cedidos a la Iglesia, al Ayuntamiento se le devolverá una parcela colindante a San Francisco el Grande hasta ahora sin utilizar, donde construirá un polideportivo dotado de piscina y pista multiusos y una escuela infantil. Además de un parque de 14.500 metros cuadrados no muy lejos, en cuya extensión no se podrá edificar. Debajo del parque, un aparcamiento de 400 plazas. Con todo este alternarse construcciones y zonas verdes, adiós al aire puro y al silencio, protestan los vecinos.
Del cardenal Rouco, que ya ha tenido la satisfacción de salir de la disputa con el “minivaticano” en el bolsillo – así se denomina en España su proyecto – se dice que tiene escondidos otros dos deseos. Uno, inaugurar el nuevo complejo antes de su retiro (en 2011 cumple 75 años); el otro, que Benedicto XVI bendiga los terrenos “conquistados” en su viaje a España con motivo de la Jornada de la Juventud.
(*) Adista – Traducción. Beatriz Tostado