Una casa común con vistas al Evangelio

El pasado 15 de junio celebramos los premios alandar. Fue, como cada año, una fiesta en familia. Entrañables, emocionantes y cercanas fueron cada una de las personas premiadas, que compartieron con el público su compromiso cotidiano, que hace vida el Reino de Dios en el día a día.

Muchas gracias a quienes vinísteis y a quienes, pese a no poder estar presentes físicamente, os hicísteis presentes a través del montón de mails y llamadas que recibimos en los días previos a la celebración.

En nuestro número de septiembre daremos buena cuenta de lo que fue la ceremonia, en la habitual crónica que esta vez correrá a cargo de nuestro colaborador Ricardo Olmedo. Pero entretanto aquí os dejo las palabras de bienvenida, que son también resumen de un año más de «alandadura».


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Bienvenidos, bienvenidas, buenas tardes-noches. Hoy celebramos que a la tortuga de alandar ya le han caído 29 añazos.

Hemos echado cuentas y –pese a la que está cayendo– pareceque a los 30 llegamos seguro (salvo que ocurra una hecatombe o que sea verdad eso que dicen de que este año se acaba el mundo). Y aún riesgo de pronunciar la palabra maldita del momento, os diré que en esta publicación no tenemos miedo a la CRISIS. Ni siquiera a la crisis de los 30. Así que el año que viene nos veremos de nuevo…

No, no penséis que mi rollo termina aquí. Sería el discurso más corto de la historia de una directora o director de alandar. ¿No? Que va. Todavía os queda un ratito de escucharme… y de celebrar y disfrutar, ¡que es lo importante en esta vida!

Porque, como ya escribía Pablo en aquellos tiempos en alandar, “no queremos ser maestros de vuestra fe, sino servidores y servidoras de vuestra alegría”.

Al servicio de esa alegría es a lo que queremos dedicarnos hoy y eso es lo que buscamos en cada número de alandar, una revista que fabricamos con esfuerzo y cariño las gentes que formamos la familia alandariega. Una tribu extensa y plural que nace en el Consejo de Redacción, transita por el equipo de administración y publicidad, recoge ideas de los y las colaboradoras, para desembocar en el rico océano de quienes nos leéis cada mes. Vuestra avidez al hojear nuestras secciones, noticias y artículos, nos anima a plantearnos cada número como un reto. Con cada ejemplar de la revista pretendemos responder a vuestras expectativas… Y esperamos acertar.

Para hacer un resumen del año, si echo un vistazo a lo acontecido en estos 360 y pico días en los que no nos hemos visto las caras desde nuestra última cita aquíen el Chaminade, y trato de contarlo…¡¡¡pufff!!! ¡Vaya tela! No sé si voy a ser capaz de hacerlo.

Hace falta una dosis triple de Evangelio para ‘rescatar’ algunos elementos positivos en una realidad tan compleja, tan llena de dolor para tanta gente que lo está pasando mal en este país, y en más de medio mundo.

Que nadie se alarme que no voy ni a pronunciar el vocablo RESCATE. Ups, bueno… ¿nadie lo ha escuchado, no?

Vivimos tiempos de supuesta libertad y, sin embargo, hasta se prohíben algunas palabras. Como se hizo, hace no tanto, con el término CRISIS. ¿Os acordáis? Y no está mal, al contrario, retener algunos hechos y palabras bien grabadas en la memoria de un mundo que padece de grave amnesia…

Hay que recordar hechos como las condiciones infrahumanas en las que se mantienen a cientos de personas en los ‘guantánamos made in Spain’, o si les llamamos por su nombre administrativo: los Centros de Internamiento de Extranjeros, los CIEs. Aunque quieran ahora cambiarles el nombre, también por esto de las palabras, pero seguirá siendo el mismo perro con distinto collar.

Hay que recordar también que los recortes de servicios públicos, los haga quien los haga, están siendo la excusa perfecta para recortar, de paso, derechos humanos y derechos ciudadanos.

Y, para seguir, no nos quitamos la gafas ‘color crítica’, y le echamos una mirada al patio de la Iglesia. Un patio que parece, a veces de colegio, a veces de la cárcel de Alcalá-Meco. Y hablando de Alcalá, bueno… mejor de Alcalá ni hablamos.

En alandar nos hicimos, hace tiempo, el firme propósito de lograr que los representantes de la Iglesia preconciliar –que son mayoritariamente quienes se han hecho con el poder jerárquico en nuestra amada y maltratada Iglesia–, no nos marcaran el paso.

Como hace poco le escuché decir a uno de nuestros colaboradores, Joan Zapatero, hemos optado por apartar la mirada de Roma para volverla a poner muy muy fijamente en el Evangelio. Eso intentamos en alandar cada mes.

Por suerte –o por opción– en ningún momento hemos temido o sufrido la censura que con tanta facilidad despachan a ‘diestra y siniestra’ nuestros hermanos los obispos. Una censura que sí le cayó con dureza a nuestro admirado Torres-Queiruga, por citar solo un ejemplo. A lo que me refiero es que, en alandar, no hemos ni vamos a permitir que el árbol, por muy grande, pétreo y antiguo que sea, nos deje ver el bosque.

Y pese a lo dicho, no nos cansaremos nunca de denunciar idas de olla jerárquicas como la reciente crítica del Vaticano a las religiosas de EEUU “por ocuparse demasiado de los pobres y demasiado poco de luchar contra el condón y el matrimonio gay”. Esa opción preferencial por las personas más desvalidas, es una de las grandes virtudes de esta familia plural, santa y pecadora: la iglesia. Muchas personas y organizaciones lo demuestran a diario y hoy, en esta ceremonia, vamos a reconocer a varias de ellas.

Y una vez repasado el año en el mundo y en la Iglesia, ya hablamos de lo de dentro, de nuestra familia: de alandar… Aquí, lo primero queremos daros las gracias por seguir un año más a nuestro lado.

La difusión y el alcance de alandar son pequeños, no somos un medio de masas. Pero allá donde llegamos, llegamos con fuerza y cualquier mensaje, cualquier voz que se nos envía para darnos ánimo, nos ayuda a seguir caminando.

Un canal instantáneo, barato y fácil de utilizar es el de las redes sociales. En este campo, alandar no se cansa de arar y ya se ven algunos frutos: hemos crecido en Twitter y Facebook. Además, nuestra web se sigue actualizando, cada vez recibe más visitas, aunque todavía estamos lejos de algunos grandes portales. Las suscripciones digitales suben poco a poco, no sin esfuerzo. Por eso, vamos a seguir haciendo llegar nuestro mensaje allí dónde alguien quiera escucharlo. Y en esa tarea Internet es sumamente útil.

Internet ha sido útil también para el trabajo de nuestros espías que, ya mucho antes de que surgiera el escándalo vaticano, nos han estado trayendo durante todo el año los cables de Woityleaks, que nos han sorprendido y hecho reír.

También este año, una de las principales novedades de la revista ha sido el inicio de una edición digital en catalán. De esta forma, en alandar hemos abierto una nueva puerta a la diversidad, apostando por acercarnos a quienes sienten dicha lengua como vehículo para expresar su espiritualidad y sus creencias. En esta misma línea esperamos poder hacer en el próximo otoño una presentación de la revista en Barcelona.

Por otro lado, subrayamos una vez más nuestra pertenencia a Redes Cristianas y nuestro apoyo a iniciativas como la Asamblea Universal del Pueblo Cristiano, en la que os animamos a participar. Todas las acciones que arrimen el hombro por construir el Reino, son bien recibidas en una casa como alandar que, pese a sus casi tres décadas de existencia, siente sólidos los pilares sobre los que se levanta.

Y para terminar este discurso y pasara a la fiesta de verdad, como cada año, queremos agradecer a la buena gente del Colegio Mayor Chaminade su generosidad par con la familia de alandar. Sergio, Luis, aquí nos sentimos como en casa. Gracias, también, a mis compañeros y compañeras del Consejo por apoyarme siempre, en todo, en esta apasionante aventura que es pilotar un medio de comunicación libre, valiente y modesto. Una casa común con vistas al Evangelio.

¡BIENVENIDAS, BIENVENIDOS QUE EMPIECE LA FIESTA!

Cristina Ruiz Fernández
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