
Siempre me ha pasado. Cuando veo un buen cuadro me hubiera gustado ser pintora; si oigo una buena canción quisiera haberme dedicado a la música (cosa bastante improbable por el mal oído que tengo); cuando encuentro una obra literaria de esas que siento que se me acabe el libro y tener que despedirme de sus personajes, pienso para mis adentros que a lo mejor en algún momento podría ponerme a escribir un libro (¿por qué no? Muchas y muchos creo que han sido más atrevidos que yo).
Ayer sentí no haberme dedicado al cine, ser directora de cine. Ayer envidie a Icíar Bollaín por contar tan bien como cuenta el drama de los indígenas, de los pueblos oprimidos, durante la colonia, en los tiempos de Colón y en la nueva colonización, ahora cuando los colonizadores quedan con el rostro más difuminado. Ya no es el Rey de las Españas y la Corona. Ahora son las grandes multinacionales, esas que no sabemos muy bien dónde están y quienes son sus dueños, aunque muchos de ellos si tienen nombre y son fáciles de ubicar, aunque no de combatir (perdón por utilizar esta palabra que me gusta tan poco pero que sintetiza tanto).
En el caso que nos ocupa sí se sabían los nombres: la multinacional Bechtel, quien firmó un contrato impulsado por el Banco Mundial, con Hugo Banzer, presidente electo y antiguo dictador de Bolivia, para privatizar el servicio de suministro de agua a la tercera más grande ciudad boliviana, Cochabamba
También la lluvia, además de ser el titulo de la última película de Icíar Bollaín, es lo que la multinacional y el gobierno querían quitar al pueblo de Bolivia en el año 2000. Esto provocó la Guerra del Agua, paralizando durante días la ciudad de Cochabamba y movilizando a miles de indígenas a luchar por su derecho al agua, a la vida.
En También la lluvia muchos de estos indígenas trabajan en la realización de una película en la que cuentan la llegada de Colón a la Española. Los discursos de Bartolomé de la Casas y sobre todo de Antonio Montesinos, te hacen reconciliarte con la iglesia de aquellos momentos en los que se aliaron con el poder político y económico para expoliar al pueblo indígena. Ellos no se callaron, desobedecieron a la autoridad y se pusieron del lado del evangelio, del lado de los más pobres y explotados: los indigenas.
En el cartel que anuncia la película dice: “algunos quieren cambiar el mundo… pocos quieren cambiarse a si mismos” Me parece que es un buen resumen de esta película que además del tema que toca esta fenomenalmente interpretada por Luis Tosar, Gael García Bernal y Juan Carlos Aduviri quien representa extraordinariamente su papel de lider indígena… y por supuesto el Cum laude para Icíar Bollaín
No dejen de verla. Se la recomiendo.
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