La historia que sigue, aviso desde ya, es un cuento con final increíble, pero feliz. ¡Qué quieren que les diga! Será que en este tiempo pascual y primaveral los signos de vida aparecen donde menos se les espera, incluso entre los cardenales!
¿Le suena a alguien por aquí el nombre de Florian Stangl? ¿Y Stützenhofen? ¿Tampoco? La última es una pequeña comuna de la Baja Austria, de apenas 111 habitantes. Y aquel es uno de estos habitantes. Un hombre de 26 años de edad, con pinta de monaguillo al decir de quienes le conocen, que ha pasado casi toda su –todavía corta- vida en la sacristía de la iglesia de su pueblo.
¿Y por qué viene aquí? Pues porque el señor Stangl merece ser citado por su coraje en la defensa de su fe y de su derecho a vivir como católico aunque algunos se empeñen en que no puede ni debe. Su compromiso eclesial es tan indiscutible que, a finales de marzo, fue elegido “consejero parroquial” –una institución particular de Austria, Alemania y Suiza que permite que los laicos escogidos por la asamblea asuman responsabilidades parroquiales- por una amplia mayoría de los miembros de su comunidad.
Pero Stangl está casado. O casi: vive en unión civil homosexual. Y el párroco –cuyo nombre también vamos a citar, pero por las razones contrarias: Gerhard Swierzek-, haciendo gala de ortodoxia y “pureza de corazón”, que diría monseñor Reig, juzgó que la elección y el subsiguiente nombramiento eran inaceptables. Sus “fieles”, a su vez, no aceptaron el rechazo del sacerdote. Y así.
Conclusión: el párroco buscó el lógico respaldo jerárquico de su arzobispo, nada más y nada menos que el cardenal de Viena, Christoph Schönborn, presidente de la conferencia episcopal austriaca y amigo personal del papa. Schönborn convocó a Florian Stangl y a su pareja a una entrevista “a corazón abierto” . Y dicen las buenas lenguas que acabó impresionado por su sinceridad y la firmeza de su fe. Tanto que Stangl salió de la entrevista como consejero parroquial confirmado.
La primavera hizo el resto. El sobrevenido renombre del párroco hizo aflorar la falsedad que ocultaba tras su dogmática fachada: había mantenido una relación sexual (¡hetero, menos mal!) en una parroquia anterior. Resultó que no tenía tan limpio el corazón como decía. Hoy, el padre Swerzek, desautorizado por su superior y “afectado” por la revelación, ha puesto pies en polvorosa y Florian Stangl dedica su vida, como siempre ha hecho, a servir a su comunidad.
Por una vez, y aunque se ha apresurado a matizar que se trata de una excepción que no modifica en nada la posición de la Iglesia sobre la homosexualidad, un cardenal ha hecho suyo de verdad lo que vino a decir Jesús de Nazareth: donde hay amor, no hay pecado.
Cuento con amor y final feliz
La actitud del Card. Schomborn es una pequeña luz en el camino. No es el pensar y sentir de nuestros obispos preocupados por tener el aval de los dicasterios romanos. Los cristianos, lamentablemente, prestamos más atención a los códigos y reglamentos que a «los pensamientos y sentimientos de Jesús» en su evangelio. El caso es interesante por venir de alguien conocido y notable en el mundo católico europeo. Ojalá, clérigos y laicos, nos decidamos a parecernos más al al buen samaritano que a Elías degollando 400 sacerdotes de Baal.
Cuento con amor y final feliz
Todos los festivos cantamos en Castellano y Latin :» DÓNDE HAY CARIDAD Y AMOR ALLÍ ESTA EL SEÑOR»!!! ¿¿¿ NO ESTÁ EL SEÑOR CON ESTE MINISTRO DE LA IGLESIA , y NO POR SER MINISTRO, Y CON SU ESPOSO YA QUE EN REALIDAD SE AMAN, SE ENTREGAN,VIVEN PARA LOS DEMAS como seguidores de JESÚS, EL SEÑOR??? SI SI SI !!! MENOS TORTÍCOLIS MIRANDO AL VATICANO Y MÁS ATENCIÖN FRATERNA A ESTOS HERMANOS QUE SE AMAN CON TODO SU SER Y SIRVEN A LA IGLESIA Y A LOS HOMBRES NUESTROS.!!!
Cuento con amor y final feliz
Como cristiano de a pie tolero la homosexualidad como algo que está ahí, pero nuca admitiré que es algo natural. Es antinatural, se mire como se mire y muchas veces es puro vicio. Como llamar matrimonio a esas uniones…..es una aberración
Nadie somos perfectos, al contrario, tenemos nuestro fallos…pero lo que no es, no es, se mire como se mire.
Cuento con amor y final feliz
Ciertamente, una luz entre tanta oscuridad en la que nos mantiene este pontificado que ha encendido la homofobia que creíamos iba contracorriente… Ha sido comenzar a extenderse los derechos LGTb por diversos países…ha sido aprobar el matrimonio en España con las secuelas que tantos imaginábamos: la aprobación también en Argentina, México DF, algunos estados de EEUU… y poner en pie la cruzada más homófoba que hayamos podido conocer, con un melifluo sonsonete «defendemos la dignidad de los homosexuales…» «amamos a los homosexuales…» y por eso, pobrecitos, tienen que «curarse»… ¿Puede darse mayor cinismo?
En Cristianos Gays seguiremos luchando por desterrar la homofobia de las distintas confesiones religiosas y creyendo en la utopía cristiana inclusiva y abierta del Evangelio de Jesús de Nazaret.