Pues sí. Una campaña más de búsqueda de apoyos para un movimiento de lucha contra la pobreza. La nuestra se llama “100 + Contra la Pobreza” y con ella queremos conseguir cien nuevos socios y socias antes del verano que nos ayuden a avanzar hacia una mayor sostenibilidad económica y humana.
Como en muchas ocasiones, el camino emprendido va regalando aprendizajes. En las últimas semanas hemos pedido a quienes se sienten parte del Movimiento ATD Cuarto Mundo España que compartan con nosotros las razones por las que nos apoyan. A través de ellas hemos ido reconociendo algunas claves que consideramos fundamentales en la lucha contra la pobreza. Las compartimos aquí:
Ser testigos de la resistencia de las personas más pobres
«Que tus hijos puedan decir ‘nuestro padre ha luchado por nosotros, por un cacho de pan, por un cacho de techo. Se ha mojado. Ha pasado hambre, frío, pero nosotros no«, A.
A. nació en una chabola y durante su infancia su familia tuvo que mudarse en muchas ocasiones, a veces en pos de una oportunidad mejor de alojamiento; en otras, expulsada de su último refugio. El barro, el frío y la inseguridad marcaron todos estos años hasta bien entrada su juventud y en esas circunstancias nacieron sus hijos. Ahora, pese a haber sido realojados, las dificultades continúan. Pero él se niega a darse por vencido. Sigue en pie, luchando día a día por sobrevivir con dignidad, por construir un futuro diferente para los suyos, para que sean reconocidos como miembros de la sociedad, al fin, de pleno derecho.
Reconocer la dignidad
«Somos personas, pero a veces nos tratan peor que a perros«, M.
M. siempre se ha sentido pobre, pero no solo por no tener dinero. Se siente pobre por la desconfianza que otras personas le muestran, por la manera en la que muchos profesionales (trabajadoras sociales, educadoras, médicos) la tratan, como si fuera una niña o una incapaz, por el ninguneo que recibe desde las instituciones, que hacen y deshacen sobre su vida sin consultarle ni tener en cuenta su situación real. El mensaje le ha llegado siempre claro: molesta en todas partes, no hay un buen lugar en el que pueda situarse al lado de otros seres humanos.
Sin embargo, ella se siente una persona tan digna como las demás, tan merecedora de respeto como los otros. ¿Nadie más se da cuenta?
No dar la espalda a nadie
«Sabía que vendríais«, R.
Eso nos dijo R. al vernos por vez primera en su nuevo barrio, a 30 kilómetros de su casa anterior. Desde que conocemos a su familia, muchos nos han cuestionado sobre nuestra presencia a su lado, empujándonos a darla por perdida (debido a que varios de sus miembros tienen diferentes grados de discapacidad) o a juzgarles por sus errores (especialmente al padre, por sus problemas con el alcohol). Pero seguimos buscando cómo apoyar para que puedan avanzar y sentirse reconocidos como personas capaces también de aportar y construir en positivo. Porque dejarles de lado sería asumir que hay situaciones en las que la vida digna no es posible. Y eso no lo podemos aceptar.
Acercar realidades
«Hay una barrera entre ricos y pobres. Es contra esa barrera contra la que hay que luchar«, B.
B. ha vivido siempre en un barrio de chabolas marcado por la invisibilidad. Incluso cuando, durante unos años, la droga se erigió en protagonista del lugar y empezó a hablarse de él en los informativos, la realidad de quienes vivían allí al margen de ese mercado seguía siendo desconocida por el resto de la sociedad. Ahora quedan allí muy pocas familias, muchos creen que el barrio ya desapareció. Ella lucha para que se la vea, para que se la escuche y, con ella, al resto de sus vecinos y vecinas. Porque sabe que, solos, no pueden conseguir acabar con la pobreza en la que viven. Solo con unidad, desde el respeto mutuo y aportando cada uno lo mejor de sí mismo, es posible conseguir que todos y todas, sin excepción, alcancemos unas condiciones de vida digna.
Compartir
«No es que vosotros nos ayudéis a nosotros. Nos ayudáis en algo y nosotros os ayudamos«, R.
A R. le encanta pintar. Tras muchos años rodeada de exclusión, enfermedad y muerte, ahora busca recuperar el tiempo perdido a través del arte. Uno de sus proyectos es ilustrar un cuento creado por un hombre que, sin saber leer ni escribir, no para de compartir poesía e historias que otros transcriben. Se conocieron un 17 de octubre -Día Mundial del Rechazo a la Miseria- y, desde entonces, quieren formar equipo, ellos y nosotros. Cada uno aportamos nuestra riqueza particular: la capacidad narrativa y el dibujo armonioso corren de su parte; los medios para facilitar el encuentro y plasmar las creaciones, del nuestro. La voluntad de perseverar juntos es cosa de todos.
Construir juntos una nueva sociedad
«Sería importante que todo esto vaya a todos los países del mundo. Que haya más lucha y que esa lucha sea entre todos, porque así habrá más potencia«, D.
D. vive de la chatarra. Trabaja solo, a veces con su hijo, pero nadie más del barrio quiere asociarse con él. Señalado y apartado por todos, se niega a darse por vencido y a acallar su inteligencia. Tiene claro que lo que él ha vivido es algo que otros tienen que conocer, que debería ser tomado en cuenta para poder, así, conseguir que nadie más se vea en la misma situación. Su ambición profunda es que la sociedad se deje transformar a partir de la realidad de los que más sufren, aquí y allí, en todos los países. Porque solo un cambio que nazca a pie de tierra pero con un horizonte global podrá dar respuesta a situaciones tan enquistadas como la suya.
De tú a tú
«A vosotros os lo cuento porqué sé que puedo confiar«, A.
Su vida ha sido enjuiciada y valorada una y mil veces por los más diversos profesionales, incluidos aquellos cuya misión es ayudarla. Ella no siente que la apoyen, más bien le resultan amenazadores, ya que un informe negativo suyo puede dar al traste con cosas importantes: su paga, su vivienda, incluso la tutela sobre sus hijos. Por eso ella, intenta siempre contar lo que ellos esperan escuchar, para no hacer saltar las alarmas.
Tan solo relaciones basadas en la confianza mutua a largo plazo pueden abrir posibilidades de liberación, más allá del control social y la asistencia. Por ellas apostamos.
Compromiso vital
«Yo viniendo aquí no saco nada para mí, más bien pierdo tiempo y dinero, pero quiero luchar no solo por mi sino por todos«, L.
L. vive desde hace muchos años en situación de pobreza. Pero es consciente de que hay situaciones más difíciles que la suya y quiere que su combate militante sirva para erradicar de una vez por todas la pobreza y la exclusión. Algo similar podría decir H., trabajadora social, cuyas horas libres son absorbidas casi por completo por su compromiso en Cuarto Mundo y por el activismo político, al que llegó para tratar de hacer escuchar allí también la voz de quienes viven en la pobreza. O A. y M., pareja de voluntarios permanentes que, tras haber compartido vida y acción junto a familias del Cuarto Mundo en Francia y Guatemala, vuelven a esta su tierra dispuestos a enriquecer nuestra realidad local a partir de su experiencia.
Diferentes maneras de estar y ser en el Movimiento ATD Cuarto Mundo. Todas igual de válidas y necesarias. ¿Te animas tú también?
Para saber más de la campaña, visita http://atdcuartomundo.es/como-apoyarnos/campana-100-contra-la-pobreza/ y https://es.pinterest.com/cuartomundoesp/damos-la-cara-100contralapobreza/
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