“El español, una lengua para convivir»

Foto. ASILIMASILIM significa Asociación para la Integración Lingüística del Inmigrante en Madrid y cuando nosotros –un grupo de profesores y profesoras profesionales de la enseñanza del español para extranjeros– nos propusimos crearla fue ante la necesidad imperante de poner al servicio de la sociedad nuestra profesión. Creemos firmemente que todo el mundo merece la misma calidad en la enseñanza y que no se debe discriminar a estudiantes por motivos económicos. Por lo tanto, nuestro equipo trabaja y desarrolla estrategias de clase con el mismo nivel de calidad que lo hace en los centros especializados donde desarrolla su trabajo profesional.

Comenzamos nuestra andadura constituidos como asociación en febrero de 2001 con pocos medios económicos y muchas esperanzas. Nuestro propósito es crear programas basados en las diferentes necesidades de nuestros estudiantes, todos ellos con un punto común: “el componente afectivo”. Nuestra filosofía intrínseca es que se aprende mucho más de las personas a las que queremos; por tanto, ya que el dominio afectivo atañe a todos los aspectos de nuestra existencia, basamos en el afecto mucha parte del aprendizaje. En el aula, desde el primer día, trabajamos para que un grupo lleno de individuos aislados pase a ser un equipo que se relaciona, se ayuda y coopera con un objetivo común, que es el aprendizaje de la lengua como lengua de convivencia, por encima de su carácter de lengua materna, segunda o tercera lengua.

La lengua como parte de la vida

Hay que considerar que el aprendizaje de una lengua es un proceso evolutivo personal que va empapando poco a poco hasta pasar a ser parte de uno mismo. Cuando alguien que no habla nuestra lengua entra en contacto con la lengua de acogida, siempre la considera lengua extranjera. A partir de un proceso de convivencia con esa lengua y de voluntariedad por parte de quien la está aprendiendo (dentro y fuera del aula), ésta se va convirtiendo en algo no hostil -parte de la propia vida- y va dejando de ser un mero instrumento para realizar actividades de supervivencia, pasando a ser un vehículo de expresión de la propia identidad (sentimientos, protestas, aspectos culturales, inquietudes, sueños, etc.). Es entonces cuando se empieza a considerar la lengua como un vehículo para aprender otras cosas. Por todo esto diversificamos programas para crear en nuestros estudiantes motivación al conseguir resultados positivos.

Tanto en nuestro local como en las entidades con las que colaboramos (CAR de Alcobendas y La Casa Encendida) ofrecemos una variada oferta de clases que se adecúan a sus intereses y a su situación personal.

Autoestima e integración

Foto. ASILIM
En cuanto a la metodología trabajamos normalmente por tareas, es decir, planteamos tareas a las que el o la estudiante llega tras el aprendizaje de factores gramaticales, funcionales o culturales que le van a llevar a la consecución de dicha tarea. Este método crea mucha motivación y expectativas para seguir avanzando, porque el aprendizaje traspasa las paredes del aula para convertirse en la vida misma. Como existe una conexión muy directa entre nuestros sentimientos y nuestras imágenes mentales, incluyendo nuestras imágenes de nuestro yo, si un alumno o alumna se visualiza llevando a cabo con éxito tareas de aprendizaje y uso de la lengua, esto puede hacerle sentirse más capaz y, a su vez e inconscientemente, le lleva a apoyar lo que hace en el aula.

Se hace necesario poner especial atención al tema de la autoestima en el contexto de enseñanza del español a inmigrantes, puesto que, al estar lejos del apoyo de algunos de sus referentes culturales y familiares, pueden sentir disminuido ese sentido de competencia y valor personal que forma parte de la autoestima sana y que, al mismo tiempo, facilita el aprendizaje. En el aula de español se puede trabajar especialmente con dos componentes de la autoestima: el sentido de identidad y de pertenencia. Se puede reconocer el valor de su propia herencia cultural dando al alumnado la oportunidad de hablar de sus propias tradiciones, haciendo en clase pósters que hablen de sí y sus países u organizando celebraciones donde pueden traer algo de sus lugares de procedencia y mostrarlo a la clase.

Comunicar a nuestros estudiantes que se les valora, hacerles participar en la creación de materiales comunes o en la construcción del espacio de clase les hace sentir menos soledad, ya que son miembros de un grupo con un objetivo común. Incorporar algunas actividades que no solo tengan fines lingüísticos sino también metas de carácter personal, como conocerse mejor y conocer a sus compañeros y compañeras puede crear espacios para compartir, si quieren, sus intereses, sus sentimientos o sus preocupaciones.

Pero no solo hay que tener en cuenta las actitudes y creencias del alumnado; las del y la docente influyen sustancialmente en lo que sucede en el aula. Por tanto, nos hacemos siempre la misma pregunta: ¿cómo me sentiría yo como alumno o alumna en mi propia clase? ¿Soy capaz de crear un buen ambiente de aprendizaje, afectivo y efectivo? Con esta reflexión seguimos construyendo día a día un espacio donde aprendemos tanto o más que lo que enseñamos. Disfrutamos porque creemos en el ser humano -con todas sus capacidades- y es nuestro especial objetivo que las personas con las que trabajamos consideren atractivo el hecho de hablar nuestra lengua y nos regalen la satisfacción de haberlos conocido.

Formación del profesorado

Otro de nuestros objetivos es que la red de difusión de nuestra lengua vaya creciendo y llegue al mayor número de inmigrantes posible. Por tanto, impartimos talleres de formación del profesorado y de personas voluntarias interesadas en formarse de modo profesional para mejorar su docencia y llegar a ser un “docente facilitador” de su propia lengua.

En 2008 comenzamos unos cursos en la Universidad Pontificia Comillas, destinados a jóvenes estudiantes que querían echar una mano en sus barrios y parroquias enseñando español. Estos cursos se han diversificado y ahora también los ofrecemos en nuestro local. Son unos breves talleres sobre cuestiones muy específicas, esas de las que pocas veces se habla y que presentamos de forma dinámica y poco habitual, brindando un importante espacio al encuentro y al intercambio de ideas y favoreciendo la aparición de un clima acogedor, donde es posible plantear cualquier duda o plantear cualquier sugerencia.

Las personas asociadas a ASILIM preferimos comunicar antes que evitar a la gente con la que no podemos hablar. Creemos en una sociedad plural que necesita una lengua común para comunicarse, porque una sociedad que se comunica es más tolerante y comprensiva que una sociedad que no se comunica y, como resultado, tenemos la satisfacción de darle voz a personas maravillosas que tienen mucho que decir.

Para más información: www.asilim.org

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