Casi un centenar de creyentes se reunieron el 30 de septiembre en una parroquia de Madrid para rezar por la educación pública. No se trataba de una misa de difuntos, aunque desde algunas administraciones (como el Gobierno de la Comunidad de Madrid) se está haciendo lo posible por cercenar este derecho fundamental. A un grupo de enseñantes, agrupado bajo el nombre de “Profesores Cristian@s de, para y por la Escuela Pública”, se les ocurrió la idea de convocar una oración participativa con el fin de sensibilizar acerca de un conflicto muy actual.
Juan Carlos Sánchez, uno de los organizadores, explica el propósito de esta iniciativa: “Queríamos encontrarnos para reconocernos. Para saber que estamos en la misma clave de fe y de defensa de lo público. Y, por otro lado, pretendíamos manifestar nuestro desacuerdo con la administración de la Comunidad de Madrid, que se ha empeñado en degradarla y así conseguir poco a poco que los recursos que se invierten en este servicio público terminen beneficiando a la enseñanza concertada y privada”.
La parroquia de Nuestra Señora del Buen Aire, ubicada en el popular barrio de Moratalaz, fue el lugar elegido para reunir a todas las personas dispuestas a mostrar, desde el mejor modo en que se expresa una persona creyente, su oposición a las medidas de recorte que ha aplicado el Gobierno de Esperanza Aguirre en los centros públicos de Madrid y que ya han supuesto, entre otras mermas para lo existente, la pérdida de 2.000 puestos de trabajo para el profesorado interino en institutos madrileños.
Como Jesús nos enseñó
A la entrada del templo se podían ver numerosas camisetas verdes, símbolo de una protesta que se ha plasmado en cinco días de huelga y manifestaciones por el centro de la capital. “A Lucía Figar esto no le va hacer ni pizca de gracia”, era uno de los comentarios que se podían escuchar. Figar es la consejera de educación de la Comunidad de Madrid y, además de ser la cabeza visible de los recortes, se enorgullece de pertenecer a Comunión y Liberación, uno de los movimientos apostólicos ultraconservadores que en los últimos años más poder han acaparado en la Iglesia gracias, sobre todo, al incondicional apoyo mostrado por parte de la jerarquía eclesial.
La oración se desarrolló en una atmósfera de gran comunión entre los y las presentes que compartieron emociones y pensamientos sobre el motivo que les convocaba. Juan Carlos Sánchez así lo reconocía: “Me gustaría destacar la profundidad del acto. No fue para nada un montaje vacío o efectista. La gente que participó lo hacía desde convicciones muy profundas, tanto de compromiso de fe como social. Fue un descubrimiento ver a la gente expresándose con respeto, diciendo cosas tan bonitas y necesarias en el lenguaje que nos enseñó Jesús”.
Pilar Sánchez, profesora del IES Gómez Moreno y presente en la oración, relató lo vivido en el blog que alimentan en Internet las y los enseñantes de ese centro del barrio de San Blas: “En medio de una dinámica de ‘signos”’y de compartir, la gente fue expresando aquello que le surgía. Había muchos profesores, alguno incluso de la concertada, todos fuimos sacando lo que nos venía a la cabeza y al corazón. Me quedo con el testimonio del padre de un alumno nuestro del Gómez y también profesor que está compartiendo con nosotros todas nuestras movilizaciones: ‘En medio del desánimo de estos días, he recobrado la ilusión y el agradecimiento. Agradecimiento al instituto público donde estudié y en el que ahora estudia mi hijo. He podido reencontrarme con mis antiguos profesores y agradecerles todo aquello que yo recibí’. Me gustó mucho también la intervención contundente y comprometida de un sacerdote de la parroquia: ‘No olvidemos que uno de los pilares fundamentales de la Iglesia es el compromiso social y tenemos que ser valientes para asumirlo’, dijo”.
Interés mediático
La novedad de la propuesta generó expectación entre los medios de comunicación. Así, diarios como 20 Minutos o La Vanguardia anunciaron el acto y Carles Francino, en el matinal Hoy por hoy de la cadena SER, el de mayor audiencia de todo el país con cerca de dos millones de oyentes, se refirió a él con un lacónico “Todo suma” (en referencia a la diversidad de propuestas que habían surgido para llamar la atención sobre un problema muy grave).
El colectivo de “Profesor@s Cristian@s de, para y por la Escuela Pública” lleva ya un tiempo reflexionando sobre lo que pueden aportar desde su doble compromiso: como profesores y profesoras en centros públicos de enseñanza y como creyentes no dogmáticos, en la difícil pero apasionante tarea de visibilizar la importancia que para el futuro de este país tiene el mantenimiento de una enseñanza abierta, gratuita, con medios suficientes y la suficiente dotación en medios y personal cualificado. “Este es el único modelo que conocemos que puede asegurar una atención educativa de calidad a los chicos y chicas. Entendemos que rezando o participando de las movilizaciones convocadas ponemos nuestro granito de arena en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, al estilo que nos enseña el Evangelio de Jesús de Nazaret”, aseguraban en la convocatoria del acto.
Antes de finalizar la oración con un padrenuestro cantado y recitado, un portavoz de la organización leyó un manifiesto en el que, entre otras cuestiones, se subrayaba el compromiso que asumían las y los presentes “respecto a reclamar nuestro papel en la educación como parte de una Iglesia que, más allá de la imagen institucional, está constituida por aquellos que creemos en Jesús de Nazaret y apostamos cada día por su mensaje, claramente del lado de los que menos tienen. Una Iglesia que da voz a los que menos voz se les concede y, en definitiva, que apuesta preferentemente por los más olvidados de la sociedad, en su gran mayoría familias y alumnos de la Educación Pública”. Que así sea.
La escuela pública bien vale una oración
Los que defienden la escuela pública parecen hacerlo siempre contraponiéndola a la escuela concertada o a la privada (también aparece en este artículo, cuando se dice que se degrada la escuela pública en beneficio de la concertada o la privada. No deseo entrar en este tema…. pero dejo el interrogante ¿qué enseñanza está más favorecida por el Estado?¿Se conocen las dificultades económicas de la escuela concertada?) Las reclamaciones de los defensores de la enseñánza pública suenan a que quieren una escuela única: la pública, que se convertiría en estatal. O sea, todo regido por el estado. Adiós a la libertad de creación de centros o a la libertad de los padres de elegir un tipo de enseñanza. Para todos escuela única y pública.
Trabajo en la concertada, en Andalucía, y cada vez que se contrapone escuela pública a concertada me surge la misma reflexión: también la escuela concertada es escuela pública: alumnos iiguales que en la pública, padres iguales, leyes iguales (con pequeños matices), profesores iguales en todo (a excepción de la forma de entrar en el colegio), … Y pocas cosas distintas: la propiedad del colegio, el nombramiento de directores. O sea, que en lo esencial (alumnos, padres, profesores) es igual. Por eso afirmo que la escuela concertada es también escuela pública: es un servicio que el estado facilita a los ciudadanos.
Me gusta que haya enseñanza pública, me gusta que haya enseñanza concertada. Lo que no me gusta es la escuela única. Me suena a totalitarismo.
Por eso, los diferentes tipos de escuela son necesarios, porque la sociedad es diversa y los padres tienen derecho a educar a sus hijos en dónde quieran. El estado debe solamente administrar los deseos de los padres, que son los que tienen el derecho y el deber de educar a sus hijos. La única obligación del estado es facilitar que los centros -sean los que sean, siempre que respeten los derechos humanos- funcionen.
Sí a la educación pública de calidad, sí a la educación concertada de calidad. A esto me apunto.
La escuela pública bien vale una oración
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo. Yo he estudiado en la escuela pública y en la concertada y mis hijoss igualmente y en ambas he encontrado magníficos profesores.La educación no tiene porque ser mejor en una que en otra; tiene que ser de la máxima calidad en las dos.No me parece bien que se organicen oraciones por la escuela pública y no por la educación en general.Creo que ambas pueden convivir, vivir con, no coexistir.Por otra parte, si como dicen los estudios, las plazas de la pública son más caras que la concertada, ¿a que es debido? al enviar los padres a sus hijos las concertadas y tener que pagar más, ¿no facilitan que haya más plazas libres para los que no puedan pagar más? No entiendo esta polémica entre los dos tipos de escuela y no veo más diferencia entre los profesores en que en una son funcionarios,lo que no impide que sean estupendos, y en la otra dependen de un contrato.
La escuela pública bien vale una oración
Bueno, Espero que no se moleste nadie por la opinión que voy a exponer.
Tengo ya mis años y como es natural, no tengo hijos en edad escolar, si los tuviera, no arriesgaría llevarlos a un colegio del Estado, ya que correría un riesgo enorme en cuanto a la enseñanza. En principio, quienes imparten clases, són profesores que han logrado ser funcionarios del estado, muchos de ellos sin vocación en la enseñanza sino por la ventaja de tener un puesto vitalicio, otros en cambio són tremendamente responsables, no se enferman como los autónomos y si se tienen que operar de alguna enfermedad que puedan tener, lo hacen muchos de ellos durante las vacaciones, no esperan a que se inicien las clases para operarsen, Si todos los profesores fueran así de responsables, con los ojos cerrados confiaría la educación de los chavales a estos responsables educadores.
La escuela pública bien vale una oración
Hola:
Últimamente tengo la sensación que aquellos que trabajais en la concertada os sentís interpelados cuando los que trabajamos en la pública hablamos de la defensa de ésta, incluso aunque nadie haya dicho nada relacionado con la concertada, como es el caso de este artículo y de la oración, donde tuvo cabida todo el que quiso, y se hizo referencia también a los maestros de la concertada.
Yo he trabajado en ambas escuelas y por opción cristiana como docente, decidí abandonar la concertada. Fué una opción propia y libremente tomada, que parece que a algunos escuece la escuchan. «¿Cómo siendo de Iglesia te vas a la Pública?» .Lo siento si es así.
En Madrid, la realidad concertada-pública, han sido nuestros dirigentes los que han decidido que se decante a favor de la primera, esgrimiendo los argumentos de libertad de creación y elección de centro,etc,etc……pero a costa de degradar las condiciones en las que la escuela pública trabaja. Esto no es una opinión, se puede contrastar con presupuestos dedicados una y otra en los últimos cursos y centros de nueva creación de uno y otro tipo. Podría entender los razonamientos de libertad de educación para educadores y familias, pero siempre que se garantice previamente una escuela pública de calidad para todos y todas totalmente gratuita, y luego el que quiera optar por un centro con determinado ideario o metodología, que lo haga. Amén de que estos centros, si reciben dinero del Estado, aseguren una atención a los alumnos con más dificultades, evitando su concentración en la escuela pública, y si son religiosos, siendo fieles a la opción del Evangelio de atender a los más necesitados. Aquí en Madrid podeis echar un vistazo al número de alumnos con necesidades atendidos en una y otra red y vereis quien está trabajando más con los que más lo necesitan.
Esto no quita que en la concertada , sus trabajadores merezcan todo el respeto y la consideración que cualquier docente, pero para mí no muchos de sus contratantes. De sobra sabemos que tampoco todo el profesorado de la concertada es vocacionado ni está debidamente preparado, y que el que lo es de verdad, lo pasa realmente mal cuando ve cómo la institución para la que trabaja y que se supone que se rige por unos principios, no los respeta con su alumnado ni con sus trabajadores, sintiéndose engañado y frustrado con la imposibilidad, quizá por miedo a perder su trabajo, de poder transformar nada.Para estos sí, mi mas sincero respeto y solidaridad.