Existen bancos en los que el dinero, realmente, no importa. Lugares donde afirmar que ‘lo importante son las personas’ va más allá de un eslogan publicitario. Entidades en las que no hay billetes ni cajeros automáticos, sino que la moneda de cambio son las horas y el valor viene dado por las cualidades y destrezas de cada una de las personas que participan. Son los Bancos del Tiempo.
Se trata de redes de personas de un mismo barrio, pueblo o ciudad que se organizan para intercambiar trabajos y servicios, tanto profesionales como de la vida cotidiana. En ellos se puede ofrecer o demandar cualquier tarea que uno pueda imaginar, desde clases de inglés a bricolage casero, pasando por asesoramiento informático, enseñanza de recetas de cocina o algo tan básico como hacerse compañía y dar conversación. La moneda de cambio en estos peculiares ‘bancos’ es la hora, sin importar del servicio que se ofrezca o se reciba. Todas las tareas tienen el mismo valor porque todo vale el tiempo que se tarda en hacerlo.
Una de las entidades que más trabajan en este campo es la Asociación Salud y Familia, que funciona desde hace más de una década en la creación, soporte y asesoramiento de bancos del tiempo. Para profundizar un poco más en el funcionamiento de este tipo de iniciativas hemos hablado con Josefina Altés, coordinadora de Bancos del Tiempo de dicha asociación.
¿Cuáles son los elementos básicos de un Banco del Tiempo?
Yo diría que sólo hay un elemento básico: las personas. Las personas que gestionan, que impulsan, que se inscriben, que lo utilizan… Es un proyecto de las personas para las personas.
¿Como comenzó la iniciativa de los bancos del tiempo en Barcelona?
A través de un proyecto de conciliación «Reparto de los tiempos entre hombres y mujeres» con financiación europea y el soporte de la concejalía de la mujer del Ayuntamiento de Barcelona, la Asociación Salud y Familia contando como socios con la asociación Graal de Portugal y dos ayuntamientos italianos. Fue así como se inició este modelo de Banco del Tiempo en 1998 en Barcelona.
¿Como se ha transformado el proyecto?
El proyecto del Banco del Tiempo ha pasado de ser prácticamente utilizado por mujeres al 100 % a ser un proyecto de personas, con una participación global aproximada de un 35/40 % de hombres. También ha aumentado la participación de los jóvenes y, en este último mes, hemos ampliado la franja de edad en la que pueden inscribirse hasta los 16 años, aunque deberán aportar una autorización materna/paterna. Por otro lado, la llegada de las nuevas tecnologías también ha enriquecido el proyecto ya que la comunicación entre los usuarios/as, entre las secretarías e incluso entre BdT de distintos puntos de España o del extranjero es constante y fluida.
¿Que tipo de personas utilizan los Bancos del Tiempo?
No existe un perfil definido de la persona usuaria del Banco del Tiempo. Depende de cada Banco, de dónde esté situado (dentro de un proyecto destinado a un colectivo concreto o no). Depende de muchos factores distintos, pero las personas que se inscriben son muy diversas: autóctonas, inmigrantes, jóvenes, mayores, universitarios, etc.
¿Existen bancos del tiempo vinculados a proyectos de inserción social?
El proyecto por si solo ya es de inserción social, ya que permite relacionar a las personas con su entorno más cercano, como son las propias redes vecinales o sociales de su barrio o municipio. En el año 2006 Cruz Roja Española entregó un reconocimiento a Salud y Familia por su trabajo de inclusión social a través del Banco del Tiempo, como posteriormente lo recibió el Banco del Tiempo del barrio del Raval de Barcelona, del propio Ayuntamiento de Barcelona, por su labor de inclusión social con los vecinos de un barrio en el que cerca del 50% es población inmigrante.
¿Por qué en ocasiones se da una vinculación de los bancos del tiempo a las administraciones públicas locales (Ayuntamientos, Juntas del Distrito…)? ¿Es necesaria la vertiente institucional?
La vinculación de los bancos del tiempo, que forman parte de la red coordinada desde la asociación Salud y Familia a los ayuntamientos de sus municipios, ha sido por iniciativa de la propia asociación, que ha potenciado la ciudadanía activa y capaz de autogestionar sus proyectos, pero contando con un soporte que le permita dar continuidad a los mismos y es en este punto que se ha buscado a la administración mas cercana para que ofrezca este compromiso. El resultado de esta colaboración es evidente.
Hay algunos bancos que han sido financiados en el marco de proyectos de la Unión Europea, ¿por qué se interesan las instituciones europeas por este tipo de iniciativas?
En los últimos años, algunos proyectos financiados por la Unión Europea para trabajar el tema de la igualdad de género, incluyeron la puesta en macha del Banco del Tiempo, como una acción más de soporte. El BdT es nuevamente una herramienta de apoyo a la igualdad de género, en el sentido de valorar de forma idéntica los servicios de hombres y de mujeres, resaltando en este caso las labores consideradas tradicionalmente “domésticas”.
También se ha potenciado el cambio de rol de género, de forma que se potencia la realización de servicios considerados de “rol masculino”, como puede ser el bricolage por parte de mujeres y la realización de servicios tradicionalmente considerados de “rol femenino”, como el de atención a las personas, por parte de los hombres.
¿Cuál es, para usted, el futuro de los Bancos del Tiempo?
El futuro es prometedor, ya que es un proyecto vivo que se adapta en cada momento a su entorno social y a las necesidades de las personas. De ahí que, en este momento, se estén abriendo Bancos del Tiempo no sólo comunitarios, sino también temáticos, como bancos del tiempo de la música o para dar soporte a tratamientos de salud, escolares (para enseñar a los mas jóvenes el valor de las personas, fuera del método económico tradicional)… La relación establecida entre Bancos del Tiempo de distintos modelos y de distintos países permite a la vez incluir nuevas formas de trabajo y de difusión que refuerzan el proyecto en sí.