La Plataforma Contra el Cementerio Nuclear en Cuenca se creó en 2010 tras conocerse la candidatura del municipio conquense de Villar de Cañas para albergar el Cementerio Nuclear de residuos altamente radiactivos, denominado Almacén Temporal Centralizado (ATC). Está formada por 49 asociaciones y colectivos: grupos ecologistas, asociaciones de barrios o municipios, sindicatos, otras plataformas ciudadanas, etc. cuyo objetivo es evitar que se instale el Cementerio Nuclear ni en Villar de Cañas ni en ningún sitio, por considerarlo innecesario, costoso, peligroso y un perfecto caldo de cultivo para la corrupción y el caciquismo.
La peor opción para el transporte
Villar de Cañas no era la mejor opción para la Comisión Interministerial ni el Comité Técnico Asesor reunidos en 2010. Se trata de la peor opción desde el punto de vista del transporte, además de la más costosa. Al no tener cerca ninguna central será necesario realizar tres transportes al mes, en largos trayectos (más de 400 km en algunos casos), que irradiarán a cientos de miles de personas, incluso en las mejores condiciones de sellado y aislamiento.
En caso de incendio por accidente, el contenedor sólo resistiría el fuego durante 30 minutos; después habría que evacuar a la población de un radio de 20 o más kilómetros. Estos riesgos no son exclusivos del área nuclear, afectarán a todas las rutas de transporte desde las centrales.
Riesgos hidrogeológicos inasumibles
También se trata de la peor opción desde el punto de vista geológico. Existen informes que advierten del posible riesgo de hundimientos, cavidades subterráneas y colapsos por disolución de yesos en los estratos subyacentes. Ello, junto con la nada despreciable sismicidad de la zona, podría afectar gravemente a la cimentación y provocar microfisuras en las celdas de almacenamiento por las que podrían escapar partículas radiactivas, poniendo en peligro a la población y sus medios de vida.
No obstante, el principal riesgo estriba en la intención de manipular los residuos en el Centro Tecnológico Asociado, eufemismo para referirse a un laboratorio atómico. Dichos residuos radiactivos se encuentran a 350-400 ºC, lo que hace necesaria la utilización de agua para refrigeración… agua que acabará contaminando las aguas del río y acuíferos asociados, como ha sucedido en diversos almacenes nucleares de todo el mundo.
La corrupción en torno al cementerio nuclear
No es difícil advertir que la decisión de ubicar el ATC en Villar de Cañas ha sido exclusivamente política. María Dolores de Cospedal no se atrevió a manifestar sus intenciones respecto al cementerio nuclear hasta que su partido obtuvo mayoría absoluta en las elecciones generales.
En total se estima el gasto que supondrá la gestión de esos residuos en 6.244’7 millones de euros desde 2006 hasta 2070. Ante estas cifras, no es de extrañar que todo lo relativo al cementerio nuclear se considere una golosina. Esta “golosina” se va a repartir con criterios que poco tienen que ver con aspectos técnicos y sí de conveniencia política y personal de la presidenta de Castilla-La Mancha.
El coste presupuestado para el cementerio nuclear se ha ido incrementando desde 700 millones en 2007, a los casi 1000 millones de euros actuales. De hecho, el pasado mes de febrero se han encargado nuevas prospecciones y estudios por valor de 502.725€, con el fin de “integrar la información geotécnica” e “investigar las características del terreno para el diseño de detalle y futura construcción del ATC”.
Es decir, han gastado 600.000 € en comprar los terrenos para almacenar los residuos más duraderos y cancerígenos que existen, ¡y aún no se sabe si son aptos!
Riqueza para una minoría
Los defensores del proyecto de Almacén Centralizado alegan la gran riqueza que va a generar en la zona, pero no dicen es que esa riqueza acabará en muy pocas manos, mientras que los riesgos de una fuga radiactiva los sufriremos tanto las localidades próximas como todas aquellas que se vean afectadas por el transporte de residuos radiactivos.
Resulta incoherente que el gobierno regional presente el ATC como una inversión de futuro para la comarca a la vez que cierra colegios en municipios del área nuclear. Se alega falta de recursos a la hora de retirar los servicios de urgencias en municipios que gozaban de atención sanitaria continuada mientras que se muestra el Cementerio Nuclear como la mayor inversión del Estado en Castilla-La Mancha.
El alcalde de Villar de Cañas esgrime la creación de empleo asociada a la construcción del ATC como una de las mejores razones para apoyar el proyecto. Sin embargo, son grandes empresas con sede social fuera de Cuenca las que mayoritariamente están llevando a cabo las prospecciones y obras que se han realizado hasta la fecha. Tras las obras, según los datos del ministerio, serán necesarios poco más de 50 personas empleadas, altamente cualificados, que difícilmente establecerán su residencia a menos de 50 km.
Alternativa de desarrollo
Consideramos que el impacto y las consecuencias en la transformación de la realidad que tiene este tipo de instalación sobrepasan ampliamente los límites de un término municipal y que debería haberse tenido en cuenta el entorno institucional, económico y social de Villar de Cañas.
La comarca afectada por el cementerio nuclear de Villar de Cañas, vive principalmente de la agricultura, la ganadería, el turismo rural, la hostelería y de las pequeñas empresas de otros sectores que cuentan con sellos de calidad. Villar de Cañas se encuentra rodeado de parajes naturales como son la Laguna del Hito o la Reserva de la Biosfera “La Mancha Húmeda”, así como centros históricos de gran interés, como el Parque Arqueológico de Segóbriga, el Monasterio de Uclés, El Castillo de Belmonte o La Mancha de El Quijote.
Hemos apostado por un desarrollo basado en las energías renovables y el patrimonio natural, cultural, histórico y paisajístico, valores que quedarían truncados con el establecimiento del ATC.
Una propuesta de solución
Los residuos existen y hay que almacenarlos de manera segura durante miles de años. El ATC sería una solución temporal, puede que incluso razonable, si se construyera allí donde ya hay residuos, es decir, en las proximidades de una o más centrales nucleares, evitando así los elevadísimos riesgos y costes del transporte. Aún así, consideramos que es injusto condenar a una región a albergar los residuos altamente radiactivos de toda una nación.
Por tanto, consideramos imprescindible establecer un calendario de cierre de las centrales nucleares españolas, antes de decidir el lugar y las dimensiones del Almacén definitivo –que podría ser un Almacenamiento Geológico Profundo y no un ATC, como parecen señalar las directrices europeas. Es necesario dejar de producir residuos altamente radiactivos cuanto antes y conocer el volumen exacto de los que se van a generar hasta entonces para poder hacer un plan de gestión viable y dotarlo de los fondos e instalaciones más adecuadas.
Para más información:
http://cuencadicenoalcementerionuclear.blogspot.com.es/