El triunfo del FMLN en las elecciones del 15 de marzo, hay que saber valorarlo en toda su dimensión. Por primera vez en nuestra historia, el gobierno estará en manos de un partido que nace de las aspiraciones populares.
En América Latina es la primera vez que una guerrilla, convertida en partido político, llega al poder.
Hay que reconocer también, que por primera vez el Tribunal Electoral nos cumplió dando los datos preliminares a la hora establecida. Fue bueno el primer discurso del presidente electo, con un contenido de perdón a las ofensas e invitación a unir esfuerzos, y estuvo bien que el candidato perdedor aceptara pacíficamente su derrota.
Después de una campaña fuerte, llena de mentiras y ofensas, fue muy bueno tener esa jornada de votación pacífica, democrática, con una población atenta para defender el voto y mantener el orden. Por todo eso tenemos derecho a sentirnos alegres. Ahora hay que comenzar a andar por estos caminos nuevos, en busca de la reconciliación y la justicia, con espacios de participación ciudadana amplios y efectivos.
Del nuevo gobierno esperamos que sea dialogante con el pueblo, que sepa darnos cuentas claras, que nos informe sobre las dificultades que enfrenta para cumplir su plan de gobierno, que escuche sugerencias. Es importante también que se inaugure otro “por primera vez en nuestra historia política”, referido a la honradez en el manejo de las finanzas públicas. Que por primera vez un gobierno sea severo contra la corrupción de funcionarios públicos y el uso abusivo del poder y de los bienes del estado para beneficio de particulares. Que sepan los servidores públicos que robar será castigado, será de conocimiento público, será de graves consecuencias para su vida. Que sepan los evasores de impuestos que eso será considerado un delito en contra del bien común y por tanto de conocimiento público. Esto ha prometido nuestro presidente electo y debemos estar atentos a que lo cumpla.
Las demás promesas en el orden económico encontrarán dificultades para hacerse realidad.
Confiamos en que el gobierno hará sus mejores esfuerzos por mejorar la economía de los más vulnerables y que nos irá dando razones sobre sus decisiones. La inversión en educación y salud debe iniciar una progresiva mejora, porque elevar los niveles de educación es una deuda que lleva siglos de mora, y el derecho a recibir atención en salud es otra prioridad.
Estamos entonces iniciando una caminata hacia metas deseadas, con un liderazgo respetado, con un pueblo dispuesto a organizarse alrededor de un proyecto que no terminará en 5 años, con unos retos difíciles y en condiciones financieras bien negativas. Pero tenemos ganas y mucho ánimo.
Esto se parece al éxodo que inició aquel pueblo esclavo al salir de Egipto con un caudillo que les guiaba. Una caminata difícil, llena de dudas, desesperanzas, ansiedades, infidelidades a la alianza, ataques de los enemigos, pero se mantuvo firme y fiel una buena porción de aquel pueblo hasta alcanzar la meta propuesta y continuar como pueblo en la espera activa de las promesas.
En esta época de cuaresma es propicio fortalecer la esperanza, con la mirada en el triunfo de la vida sobre la muerte.
(*) Editorial del mes de abril de 2009 de la revista de Biblistas Populares (BIPO), de El Salvador