Guardianas invisibles

Foto. FAO/A. Casset/Senegal.Muchas veces es difícil cuantificar el trabajo y el papel que las mujeres juegan en una sociedad determinada. Da la impresión de que son relegadas a las funciones de madres y cuidadoras del hogar, mientras que los hombres abastecen y protegen al grupo. Sin embargo, todos los informes y estudios ponen de manifiesto que, sobre todo en África, ellas realizan la mayoría de las tareas agrícolas y, consecuentemente, son las principales garantes de la alimentación y subsistencia de la familia.

Un nuevo estudio de la FAO (Invisible Guardians: Women manage livestock diversity), publicado hace pocas semanas, incide en este tema al poner de relieve el importante papel que las mujeres juegan en la cría y conservación del ganado indígena. Dice el informe que las mujeres deben ser reconocidas como agentes clave en los esfuerzos por detener el declive de las razas autóctonas, que son cruciales para la seguridad alimentaria rural y la genética animal.

Sin embargo, la contribución de las mujeres en este campo no está bien documentada y, por tanto, es infravalorada. De ahí que el informe las llame “guardianes invisibles”. Dice este que de los 600 millones de ganaderos pobres que hay en todo el mundo, alrededor de la tercera parte son mujeres. En muchas zonas del Sur, con frecuencia, cuando los hombres migran a las ciudades en busca de trabajo, las mujeres se quedan en las aldeas con los hijos e hijas y cultivan los campos y crían ganado menor, como cabras, ovejas, gallinas y tal vez una vaca, para mantener a la familia. Esto facilita que se conserven las razas autóctonas, que de otra manera estarían llamadas a desaparecer.

Estas razas indígenas se han adaptado a las condiciones locales, por duras que sean, como pueden ser las sequias, el calor extremo… y, por tanto, son más resistentes a enfermedades y se alimentan de forrajes autóctonos, por lo que son más fáciles de mantener. A cambio, facilitan carne, leche o huevos que complementan la alimentación del grupo o se convierten en fuente de ingresos para la familia. De ahí la importancia de mantener estas razas. Según algunos estudios, el 22% de las razas de ganado autóctono de todo el mundo está en peligro de extinción, lo cual ha levantado la alarma y ha llevado a algunos gobiernos a tomar medidas para revertir esta tendencia.

pag21_vocesdesdeelsur2_web.jpgSin embargo, a pesar de lo dicho anteriormente, muchos proyectos de desarrollo o gobiernos de países del Sur, se empeñan en introducir en esas zonas razas exóticas o cruces mejorados para aumentar la producción de leche, carne o huevos ante la creciente demanda de alimentos a nivel mundial.

Estos animales extranjeros necesitan alimentos determinados que normalmente no se producen en la zona y atención veterinaria especial. Tampoco pueden sobrevivir a condiciones meteorológicas extremas, como las sequias prolongadas o el aumento de las temperaturas, situaciones cada vez más frecuentes como consecuencia del cambio climático. Esto hace que sean muy caros. La población rural pobre, sobre todo si es femenina, no suele tener el tiempo y los recursos necesarios para criar con éxito este tipo de animales. Además de esto, cuando esta introducción de nuevas razas y la intensificación de la producción ganadera triunfan y se conviertan en una fuente importante de ingresos, las mujeres son apartadas y pierden su papel como ganaderas.

Por esta razón, el trabajo invisible que cientos de mujeres ganaderas realizan en todo el mundo es tan importante y necesario y merece ser documentado y valorado. Pero no olvidemos que son mujeres pobres que viven en zonas rurales de países del Sur y, por tanto, se tiende a no tener en cuenta la labor que realizan.

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