Cristina Ruiz Fernández

Periodista y comunicadora. Al poco tiempo de salir de la Facultad de Ciencias de la Información (UCM), comencé a colaborar con Alandar porque buscaban periodistas del ámbito de las comunidades de base. Por aquel entonces yo era la representante de mi comunidad en Encomún y así empezó esta historia que me llevó a entrar al Consejo de Redacción, y, casi diez años después, a dirigir la revista entre 2010 y 2016. Soy socia fundadora de Acerca Comunicación, agencia que ofrece servicios de prensa y comunicación on line y off line a iniciativas culturales y a entidades sin ánimo de lucro. Miembro de la Red Internacional de Mujeres Periodistas de Madrid, además escribo en otras publicaciones de información religiosa y soy autora de los libros Vidas tocadas por Taizé y Hasta que la muerte (del amor) nos separe.

Esa sangre de la que no se habla

A la mitad de la población mundial en edad fértil se le dice que una vez al mes “se pone indispuesta” y es, por tanto, más débil, más frágil, menos valiosa. Como si de una enfermedad se tratara, nos escondemos y ocultamos algo que es –muy al contrario– un signo de salud, un proceso natural y necesario. Si una mujer en edad fértil dejase de tener la regla… ¡entonces sí que estaría enferma!

El mundo ya no puede dividirse categóricamente en rosa y azul.

Transexualidad: abrir la mirada a la diversidad humana

Sus padres le llamaron Juan, pero ella prefiere ser Marta. La bautizaron como Raquel, pero él siente que es Rodrigo. Son personas transexuales y lo que viven no tiene que ver con el vicio ni con la perversión, no tienen una confusión transitoria ni se han dejado llevar. Lo que viven nace de lo más profundo de sus entrañas y es su identidad.

Son casos que empiezan a manifestarse desde la primera infancia, sus historias cada vez comienzan antes. O más bien habría que decir que sus historias cada vez están siendo escuchadas antes porque probablemente siempre ha sido así desde que el homo sapiens es homo sapiens. La transexualidad siempre ha estado ahí pero la sociedad en general adolece de un gran desconocimiento sobre ello.

Campaña de recogida de portabebés para el transporte de niños refugiados

Portabebés que llevan mucha vida

En el número de alandar del pasado mes de junio, en un magnífico reportaje de Irene López sobre el periplo que atraviesan las personas refugiadas para llegar a las costas griegas, una imagen resultaba especialmente dura y dolorosa. Era la historia de una madre que “bajó de la patera acunando a su bebé, acunándole nerviosamente y solo a la luz de los faros de los coches se dio cuenta de que estaba inerte, de que estaba acunando un cuerpo frío e inmóvil”.

¿Cuántos bebés con días, semanas o meses hacen ese viaje escapando de la guerra? ¿Cuántos huyen de los disparos y el terror, de una muerte segura bajo los escombros que dejan las bombas? ¿Cuántos Aylanes como el pequeño yacente en la arena de aquella foto que impactó al mundo en septiembre de 2015? Esa fue precisamente la imagen que inspiró a una joven estadounidense, Cristal Logothetis, a poner en marcha el proyecto Carry the Future: una iniciativa para enviar mochilas de porteo a las familias refugiadas.

De amigos y precariedad laboral

Andrés, licenciado superior con tres másteres en distintas especializaciones de su carrera, es una persona brillante. Durante casi cinco años estuvo ejerciendo su profesión con un contrato a media jornada, hasta que la crisis –y la mala gestión–dejó tocada a la asociación en la que trabajaba.