Luis Guitarra y Carmen Sara llevan seis años recorriendo el país, de punta a punta, gracias a su propuesta de cuentos y canciones Relatos y canciones para despertar el alma. En el centenar de actuaciones ya realizadas han tocado la conciencia y la sensibilidad de mucha gente con el objetivo de, como dicen ellos, «ofrecer maneras alternativas de ser y estar en el mundo, generando espacios de belleza y poesía». De su trabajo y de la reacción de quienes lo disfrutan nos hablan en la siguiente entrevista.
¿Qué os lleva a hacer esta propuesta en la que se une la música y la palabra?
LG: La ida surgió en 2010 por casualidad. Carmen Sara acababa de publicar el álbum ilustrado Como agua, que trata sobre el llanto y yo había compuesto recientemente una canción que se llama Lloró todo el mar. Entonces me propuso que cantara esta canción en la presentación de su cuento y, realmente, la mezcla quedó muy bonita y gustó mucho a los que estuvieron allí. Eso nos animó a hacerlo más veces y a darle forma a este espacio nuevo que quisimos llamar Relatos y canciones para despertar el alma.

Desperezar almas dormidas no parece un objetivo sencillo.
CS: Cuando pensamos un título para nuestra actuación conjunta quisimos plasmar en él lo que las canciones y las historias provocaban en nosotros y ofrecerlas como el mejor regalo a quienes nos escuchasen. Somos los primeros en emocionarnos, en sentir que algo en nuestro interior se despierta, que es el corazón el que canta y el que narra. Y eso es contagioso.
¿Cómo responde el público?
CS: Generalmente se crea un clima muy bueno casi desde el principio de la actuación, que va creciendo a medida que avanzamos. Hay momentos de participación, momentos de silencios sobrecogedores, de risas y de lágrimas emocionadas. Es muy significativo que, después de la actuación, cuando bajamos del escenario, una de las cosas que más nos dice la gente al acercarse a nosotros es: “¿Te puedo dar un abrazo?”.
¿Cuáles son los temas que os inspiran?
CS: La Vida, así, con mayúsculas. La que contemplamos fuera y la que nos habita por dentro. Lo que nos emociona, nos duele, nos hace soñar… y que, en lo más profundo, es común a todas las personas. Quizá por eso sea sencillo identificarse con las canciones y los relatos y dejarse emocionar por ellos.
Luis Guitarra compone canciones con letras para adultos y Carmen Sara escribe cuentos para niños y niñas. ¿Cómo casáis esto sobre el escenario?
LG: Carmen Sara escribe cuentos infantiles pero también tiene muchos otros textos para adultos. Aun así, era un reto hacer esta mezcla y que funcionara. Escénicamente la propuesta es sencilla: dos banquetas, dos micrófonos y nosotros dos. Pero esta sencillez tenía ciertos riesgos, pues la mitad del tiempo que estamos en el escenario cada uno de nosotros estamos en silencio junto al otro. La magia que se crea, las emociones que se producen, la música, la palabra, la voz, las miradas… Todo va sumando en cada actuación y, al final, el resultado es precioso para la gente y para nosotros mismos.
En 2013 empezasteis en Zaragoza un taller que se llamaba “Educar desde la Alegremía”. Contadnos de qué va.
CS: Fue en Ecuador, estando en contacto con la Clínica Ambiental, donde aprendí esta palabra, “alegremía” y su definición: la alegría que circula por la sangre. Allí, psicólogos, maestros, ecologistas, médicos y artistas trabajan juntos en la educación de toda la comunidad indígena, considerando la “alegremía” como un indicador de salud. Nos pareció algo tan importante, que en cuanto tuvimos ocasión, trasladamos la idea y pusimos en marcha el taller “Educar desde la Alegremía”, dirigido a profesores, padres y educadores en general. De manera creativa y todos juntos, el taller profundiza en la esencia del educador, rescatando sus sueños y desenmascarando los miedos que generan inmovilidad.
Vais fundamentalmente a colegios e instituciones de Iglesia. ¿Hay que creer en Dios para entender vuestro trabajo?
CS: Si algo nos ilusiona de lo que hacemos es comprobar que es un mensaje válido para todas las personas, independientemente de su edad y de sus creencias. Hemos actuado en centros penitenciarios, en bibliotecas públicas, en casas de acogida de transeúntes, en teatros… y en todos ellos se ha generado un clima precioso de interioridad y de emociones, sin necesidad de hablar de Dios. Al fin y al cabo, todas las personas nos parecemos mucho si miramos en profundidad los sueños, los anhelos, los miedos, las heridas.
Puedes contactar con Luis Guitarra y Carmen Sara para organizar alguna actuación o solicitar los CD y libros que tienen publicados en:
www.luisguitarra.com http://cuentoscarmensara.blogspot.com.es/
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