Farisaico silencio

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Una vez más se acalla la palabra de alguien que, a través del estudio y la experiencia de vida, ha querido alimentar la fe de muchos católicos mostrando la figura de Jesús de una manera más humana, más cercana a la realidad del hombre. Nos estamos refiriendo a José Antonio Pagola y a su obra ‘Jesús. Aproximación histórica’, que hace unas semanas se ha retirado de las librerías a través de una carta de la Editorial PPC, del Grupo SM, propiedad de los marianistas y que en los últimos años ha tenido no pocos ‘disgustos’ con la jerarquía española por su línea editorial.

A estas alturas nadie ha dado una razón convincente. Se sigue guardando un silencio farisaico y cobarde por parte de quienes tendrían que dar algún tipo de explicación por una decisión incomprensible entre muchos creyentes y fieles sencillos. Más, teniendo en cuenta que la última edición del libro estaba avalada por el ‘nihil obstat’ de Juan María Uriarte, obispo emérito de San Sebastián, después de realizarse algunas correcciones en el texto original. ¿Un obispo es más que otro obispo?

Por ello, y mientras no haya otras explicaciones, creemos que esta decisión es un puñetazo en la mesa, un gesto de soberbia de aquellos que siempre ven la paja en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio. Es una señal inequívoca de dejar bien claro quién manda aquí (en la Iglesia española). ¿De verdad piensan que el Jesús que presenta el ex vicario general de San Sebastián en su libro se aparta del Jesús del Evangelio y siembra confusión en los fieles? Si es así, que visión tan corta de aquel que, como hombre y como Dios, desafió y sigue desafiando el hacer humano.

¿Cómo es posible llegar al Dios de los cristianos sino a través de la figura de Jesús de Nazaret? José Antonio Pagola en la presentación de la primera edición del libro dice que “con Jesús nos empezamos a encontrar cuando comenzamos a confiar en Dios como confiaba él, cuando creemos en el amor como creía él, cuando nos acercamos a los que sufren como él se acercaba, cuando defendemos la vida como él, cuando miramos a las personas como él las miraba, cuando nos enfrentamos a la vida y a la muerte con la esperanza con que él se enfrentó, cuando contagiamos la Buena Noticia que él contagiaba”.

Mucho nos tememos que quienes siguen acallando las palabras de quienes aman verdaderamente a Jesús no contagian la Buena Noticia. Sólo hay que echar un vistazo a nuestro alrededor.

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