Mª José Rosillo, se ofrece a lo largo de estos meses siguientes a hacer un acompañamiento, partiendo de su propia experiencia y de sus conocimientos teológicos, para reflexionar sobre nuestra fe y nuestro entorno.
Mª José pertenece al grupo de mujeres que están haciendo teología con ojos de mujer; un acercamiento a la teología desde un ángulo distinto al que estamos acostumbrados desde hace muchos años, siglos: una visión patriarcal, en una iglesia dirigida por hombres, y una teología escrita por hombres. La visión que nos ofrece va a ser distinta, ni mejor ni peor, distinta y por supuesto complementaria. El mundo está compuesto por hombres y mujeres y lo más lógico es que sea esta visión, la de los hombres y mujeres juntos, la que predomine en la sociedad y no sea, como ha sucedido hasta hora, uno de los puntos de vista el que se imponga y anule al otro 50% de la humanidad, las mujeres.
Os invitamos a leer y participar en esta iniciativa conjunta de Mª José y alandar, pero que sin vosotros y vosotras no tiene demasiado sentido.
Esperamos que os interese
La espiritualidad en el día a día
En medio de este entorno caracterizado por las prisas, el estrés, la imagen, el aparente empoderamiento, ¿qué espacio le damos a nuestra espiritualidad? ¿cómo nos desenvolvemos como mujeres y hombres creyentes dentro de nuestro entorno?
Actualmente el hombre/la mujer occidentales están redescubriendo su interior, a partir de la toma de contacto con las filosofías orientales, que vendidas como productos de ultima generación, forman parte de la humanidad desde hace miles de años. Desde este descubrimiento de nosotros/as mismos/as, es como tomamos contacto con nuestra energía interior, con nuestra conexión con el entorno del que formamos parte; y a partir de todo ello, nos hacemos igualmente conscientes de la realidad divina que existe en todo ser vivo. En nosotras también, no sólo en los varones. Nos hacemos conocedoras de esa Presencia en nosotr@s, independientemente del nombre que queramos darle: Dios*, Naturaleza, Energía, Alá, Jehová…y reconoceremos nuestra necesidad de acudir a ella, desde nuestro acercamiento a las fuentes ancestrales de sabiduría, y beber de ellas, reconociendo nuestros orígenes y el sentido de nuestra vida. Para ser consciente de todo ello, necesitamos hacer un stop en nuestra cotidianidad. Buscar ese momento a solas, para la lectura orante, para la toma de contacto con esa Presencia en nosotr@s, y dejarnos interpelar por ella.
Conscientes de la realidad
No podemos perder de vista la realidad en la que nos encontramos inmersos y ser capaces de darnos cuenta de cómo nos dejamos conducir por la presión del entorno, por esa vorágine de sensaciones que nos hace pasar un día tras otro, casi sin percibirlo. ¿Nos enseñan a encontrar ese castillo interior que todas y todos llevamos dentro? ¿Nos dicen cómo acceder a su morada central, aquella en la que se encuentra nuestro mayor tesoro: nuestra naturaleza divina? Desde mi corta experiencia en el mundo teológico feminista, y a medida que voy profundizando en las lecturas, autores, autoras, escrituras, textos dogmáticos, antropología, historia…me hago consciente, no sin cierta dosis de dolor, de la cantidad de datos relevantes que me han sido ocultados y sin los cuáles no hubiera sido posible la evolución histórica de las mujeres de todos los tiempos y culturas. Pero también asumo, que quizá es ahora cuando desde mi experiencia de fe, e iluminada y fortalecida tanto por el conocimiento teológico feminista, como por mi comunidad de pertenencia, puedo comprender el mundo desde mi óptica de mujer creyente en el Evangelio.
Compartir la fe
La siguiente fase es reconocer que existen otras mujeres y hombres con quien poder compartir esta experiencia de profundización; reconocer nuestra vivencia de Jesucristo liberador también para las mujeres; pues desde su Evangelio, leído en clave de mujer, es posible encontrar, claro y bien trazado, nuestro camino de autodeterminación; no sólo sin renunciar a nuestra condición de mujeres activas y dinámicas dentro de nuestra Eklessía sino, precisamente, afianzando ese papel de Apóstol del Evangelio desde el cual todas las mujeres creyentes nos sentimos partícipes del proyecto de Jesús.
A lo largo de estas páginas y en los sucesivos números de la revista, os invitamos a iniciar un camino juntas/os. En ellas, iremos desarrollando pautas para la reflexión personal y luego compartida vía correo electrónico, que en ningún caso se publicarán sin vuestro consentimiento. Os invitamos a participar a todos los suscriptores y suscriptoras y a toda persona que conozcáis que pueda estar interesada de este proyecto. Podréis serviros de una comunicación interna conmigo, via e-mail y os devolveré las conclusiones más relevantes de cada uno de vosotros. Podría ser como un grupo de formación espiritual a través de esta revista que nos ofrece su soporte de publicación para este fin.
La Teología Feminista y la Espiritualidad forman parte de un cuerpo de conocimientos experienciales que nos permite ver nuestra realidad desde otros ojos: los ojos de la fe. Es un conocimiento desde la vida y ampliado con la formación teológica permanente, que no puede formar parte, sólo, de élites, sino que, de la misma forma que el mensaje evangélico, tiene que ser transmitido y dado a conocer a todas las mujeres y hombres que deseen conocerlo y emplearlo para su desarrollo personal y espiritual. La unidad espiritual existente entre las teólogas islámicas, judías, cristianas, ortodoxas, budistas…pone de manifiesto ese deseo de espiritualidad universal que nos une, lejos de estructuras anquilosadas y que nada tienen que ver con el mensaje evangélico del amor y la convivencia entre hombres y mujeres de todo el mundo.
Los objetivos que se pretenden alcanzar con este proyecto formativo on-line son:
Motivar la formación en Teología Feminista.
Incentivar la reflexión compartida en materia de espiritualidad.
Promover un espacio on-line de encuentro entre mujeres y hombres creyentes
Miradas de Mujer
Buenas tardes Maria José:
CAsualmente he dado con esta propuesta tuya y quiero decirte que me gustaría participar en ella, aunque no sé si tendré mucho tiempo para ello. Soy educadora social y en estos días estoy haciendo la memoria final de ciencias religiosas. Como también soy mujer, he enfocado la memoria de Teología en clave de mujer, para ver y expresar mi conocimiento y experiencia de Dios desde mi realidad de género, por ello buscaba información on line para completar datos y encontré tu texto. Me parece necesario aclarar, y creo que ya lo haces en tus palabras, que no se trata de ensalzar a la mujer por encima del varón sino simplemente exponer el mensaje cristiano, nuestras reflexiones, intuiciones, experiencias, etc… tal como las vivimos, sentimos y comprendemos como mujeres. En este sentido, me apunto y quisiera ser capaz de aportar mi humilde experiencia y reflexión al foro.
MUCHAS GRACIAS