
Miren bien la imagen que acompaña hoy la entrada del blog. Les suena raro, ¿verdad? Sí. No se engañan. Son rabinos judíos llevando ejemplares del Corán a una mezquita palestina incendiada –intencionadamente, claro– la noche antes para reemplazar los ejemplares quemados. Este –hasta ahora– insólito gesto de solidaridad ocurrió el pasado martes, 5 de octubre, en la ciudad de Beit Fajjar, cerca de Belén, en el sur de la Cisjordania ocupada.
Los rabinos, seis, procedentes de colonias próximas, se presentaron con varias decenas de israelíes y palestinos marchando juntos como buenos “hijos de Abraham”. Y con una escolta militar hebrea, en previsión de posibles exaltaciones contraproducentes. No hubo lugar. Al contrario, la marcha fue aplaudida por los centenares de palestinos que componen la población de Beit Fajjar.
Ese mismo martes, en Barcelona –aquí, en nuestra casa– decenas de líderes religiosos clausuraban el 25º Encuentro Internacional de Oración por la Paz, promovido por la Comunidad de San Egidio, haciendo votos porque la fe de todos los creyentes nos lleve a un mundo más justo, respetuoso y dialogante.
Los más iluminados creerán que el espíritu del Señor ha bajado a la tierra para comenzar a hacer realidad esa petición. Los más escépticos dirán que es una mera coincidencia. En cualquier caso, es la muestra de que ese deseo de paz, mil veces expresado, lejos de ser utópico, se puede convertir en realidad. Basta con un poco de voluntad. Mientras, como ha dicho Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, “la paz es un sueño por el que vale la pena vivir. Y, sobre todo es nuestra oración” . También la mía.
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Sueño
Ayer me acosté despúes de ver una pelicula «Ajami». Trataba el tema de la pobreza, pero sobre todo el de la convivencia entre judios, árabes y tambien cristianos. Me fuí a la cama pensando que nunca conseguiríamos el sueño de convivir en paz y armonia entre todos.
Hoy, Luis Fermín me has vuelto a abrir la puerta a la esperanza.Gracias
Marmarro
Sueño
De nada. Siempre es un placer intentar que permanezca esa pequeña rendija sin cerrar. Pero en realidad son esos rabinos, y todos los que les acompañaron y les aplaudieron, quienes mantienen tu esperanza. Y la de muchos otros. Un abrazo.
Sueño
La guerra -como el hambre y la ignorancia- existe porque el hombre la ha inventado. Ésa es la grandeza del ser humano, y también su miseria.
Quisiera creer que en esa foto y en tus palabras hay alguna clase de ventana entreabierta (y a ratos, lo consigo).
Continúa insistiendo, Luis Fermín, ¡no queda otra!