ALANDAR: Sensibilidad social, conciencia feminista y actitud ecológica

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Por Juan José Tamayo.
Secretario general de la Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII y colaborar de ALANDAR

Tres son las revistas a las vengo siendo fiel como lector y colaborador durante varias décadas: Concilum. Revista Internacional de Teología, desde el primer número aparecido en enero de 1965, siendo estudiante de teología; El Ciervo. Pensamiento y Cutura, que en enero de 2021 cumplirá setenta años de vida ininterrumpida, que comencé a leer a finales de la década de los sesenta y en la que colaboro desde hace 40 con artículos de opinión y reseñas de libro. La tercera es Alandar, que leo desde el primer número que apareció en 1983 y en la que estoy colaborando desde la primera hora. De Alandar me gustan:

Su sensibilidad social y su conciencia solidaria con los sectores más desprotegidos de la sociedad. Me resultan muy iluminadores sus análisis críticos sobre la pobreza, destacando la relación de causa a efecto entre la riqueza y la pobreza, y sobre las crecientes desigualdades sociales, acentuando su carácter estructural. Pero no se queda en los aspectos más negativos sino que propone alternativas en sintonía con los movimientos sociales.

 Su sensibilidad feminista, su crítica de las estructuras patriarcales en la sociedad y, sobre todo, en la Iglesia católica, y su conciencia solidaria con las mujeres que sufren la opresión por ser mujeres, por haber sido empobrecidas y por pertenecer a etnias, culturas, religiones y sexualidades explotadas por el capitalismo, el colonialismo y los fundamentalismos religiosos.

Su crítica de las estructuras jerarquico-piramidales y la falta de democracia en las iglesias, así como su propuesta de una alternativa comunitaria fraterno-sororal conforme al movimiento igualitario de Jesús de Nazaret. 

Su defensa de la dignidad y los derechos de los seres humanos y de la naturaleza,  pero no en abstracto ni a través de un discurso idealista, sino de las personas a quienes se les niega sistemáticamente y de la naturaleza depredada por mor del modelo de desarrollo científico técnico del capitalismo.

Tras 38 años de lector y colaborador de Alandar en la edición impresa, en adelante seguiré leyéndola y colaborando en la edición digital con la misma fidelidad que hasta ahora. Muchas gracias a quienes habéis hecho posible la publicación y mis mejores deseos para quienes la llevéis adelante en la nueva etapa, que seguro contará con más lectores y lectoras y trascenderá el ámbito local para tornarse internacional. Ad multos annos.

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