Las asociaciones que atienden la diversidad sexual y de género existen desde hace años y han ido consolidando poco a poco su actividad, sobre todo en poblaciones pequeñas y medianas de toda España. Además, van surgiendo nuevas formas de atención al colectivo LGTB, como la asociación Afirma’t, creada en Barcelona en noviembre de 2014 después de una trayectoria de más de dos años como grupo. Su objetivo es fomentar el bienestar psicológico y emocional de las personas gais, lesbianas, transexuales y bisexuales a través de diferentes medios, ya sean sociales, lúdicos o psicológicos.
El pasado mes de junio pudimos hablar con su presidente, el psicólogo Gabriel J. Martín, con ocasión del seminario que impartió sobre este tema en el Instituto de Estudios de la Sexualidad y la Pareja de Barcelona. Gabriel trabaja desde hace años en la atención a hombres homosexuales y es uno de los principales exponentes en España de una corriente conocida como Gay Affirmative Psychology. Durante los últimos años ha realizado una importante labor de difusión sobre esta especialidad, que pone el punto de mira en la capacidad de las personas LGTB para superar las dificultades que han encontrado a lo largo de su vida debido a su orientación sexual y de vivir una vida plena como cualquier otra persona. Tal y como él lo explica, esta corriente de la psicología está dirigida “a que el paciente homosexual viva su homosexualidad de una forma natural”. En definitiva, no se trata de que la persona sea feliz, pero sí de que viva tal y como es sin grandes conflictos consigo misma.
Mentores gais
Uno de los principales proyectos que lleva a cabo es el de Mentores Gais, “un esfuerzo para proporcionar a los hombres gais los aprendizajes y herramientas de otros hombres gais que actúan como mentores saludables y constructivos en todo aquello que tenga que ver con la vivencia de su homosexualidad. Es un proyecto que busca desarrollar el sentimiento de comunidad y de apoyo entre iguales”, tal y como se puede leer en el blog de la asociación.
El proyecto consiste en que aquel hombre que lo solicite puede inscribirse a un conjunto de ocho encuentros con otro hombre gay que se ha formado específicamente para acompañarlo en su proceso de búsqueda de soluciones personales. Hasta el momento ya hay siete participantes que han completado su proceso de “mentorización” y que, como manifiesta Gabriel, están muy contentos con el resultado.
Este proyecto, tal y como se especifica desde Afirma’t, está pensado para hombres gais que no necesitan atención psicológica pero sí demandan un asesoramiento para abordar diferentes temas que le preocupen, como asumir y vivir su homosexualidad con naturalidad, problemas en la socialización, la familia o las relaciones sexuales, prejuicios asumidos a lo largo del tiempo, etc.
En el programa se hace un especial hincapié en una vivencia asertiva de la sexualidad, por lo que se pide a la persona que, acompañado por su mentor, acuda a un centro comunitario de prevención de enfermedades de transmisión sexual con el objetivo de que una información exhaustiva y veraz sobre este tema le ayude a disfrutar de una manera más sana de sus relaciones sexuales.
Pingüinos y gaviotas
Otro de los focos del proyecto de mentorización llevado a cabo por Afirma’t es aprender a tener una socialización más amplia y diversa, conocer otros gais con los que divertirse, compartir información, realizar actividades, etc. Para ello, una de las ocho citas programadas consiste en salir y encontrarse con el grupo de “pingüinos”. ¿Quiénes son? Se sabe ya desde hace tiempo que los pingüinos –como sucede también con otras especies– no son homófobos, sino que en sus grupos existen parejas homosexuales que viven con naturalidad y plenamente integrados en la comunidad, haciéndose cargo, incluso, de los huevos que quedan desamparados y criando al polluelo.
Los pingüinos homosexuales “no viven conforme a estereotipos de ninguna clase: viven en manada, pescan con la manada, viajan con la manada y están totalmente integrados con su manada. Tal vez porque a los de su manada ni les extraña ni les importa que haya pingüinos que sean gais y que formen sus propias familias homoparentales”, expresa Gabriel en su blog. Por eso, en el origen de Afirma’t están las reuniones de pingüinos que se realizaban cada mes: un grupo de hombres gais que se juntaban con el objetivo de, mediante su trabajo personal, adquirir habilidades para que su vida fuera “no solamente sea más funcional, sino para que sea más rica, más asertiva, más integrada, más tranquila, más feliz”. Tal y como comenta Martín, con el tiempo el grupo de pingüinos fue creciendo tanto que acabó haciéndose necesaria una estructura oficial que encauzara mejor sus actividades. Fue así como nació la asociación.
Hay que tener en cuenta, también, la incorporación que las mujeres están teniendo a la asociación. Gabriel J. Martín está muy satisfecho con la alianza que se ha ido tejiendo durante los últimos meses con el grupo de mujeres lesbianas, es decir, con las gaviotas: “La parte que está trabajando muy, muy, muy bien es la parte de chicas, que empezaron en enero con una primera reunión de cuatro o cinco y ya el grupo está formado por 21 que van con frecuencia aunque hay 85 inscritas en lo que sería el foro. En el poquito tiempo que llevan trabajando las reuniones ya son multitudinarias: más de 20 mujeres en el grupo de crecimiento psicoemocional, muy implicadas, muy interesadas, ya están trabajando afectividades lúdicas. A las excursiones siempre nos acompañan chicas lesbianas, estamos muy contentos de que por fin sea un grupo mixto de verdad y ellas están haciendo un magnífico trabajo, muy bueno. Los resultados son muy visibles y las chicas están muy contentas”.
Como era de esperar, últimamente también se están acercando a la asociación personas transgénero, lo que desde Afirma’t se espera que sea la semilla de un trabajo más profundo con estas personas.
Homofobia de fuera y de dentro
Este camino de normalización y asunción de la persona que se es no resulta nada fácil para quienes forman el colectivo LGTB. Tal y como nos explica Gabriel, la vergüenza oculta es una de las raíces de los problemas de salud mental de estas personas, pero no es la principal. “La culpa es otra emoción que aparece con frecuencia pero también se habla mucho, mucho, mucho de la ansiedad”, recalca. De hecho, “La mayoría de problemáticas que aparecen tras el bullying homófobo [acoso] tienen que ver con trastornos de ansiedad (sexo compulsivo, consumo de sustancias, hábitos alimentarios compulsivos…). No, la emoción fundamental con la que trabajamos, la que genera más problemas, es la ansiedad”.
Tras años de trabajo atendiendo a hombres homosexuales, Gabriel J. Martín no duda cuando se le pregunta por los principales problemas que tiene que abordar con sus pacientes. El primero es “la aceptación y asunción de la propia orientación homosexual, vivirla con naturalidad” y el segundo, “los derivados del bullying homofóbico, que son muchos: homofobia interiorizada, problemas de ansiedad, etc.”. De hecho, el concepto de homofobia interiorizada es transversal en el trabajo de este psicólogo y de cualquiera que trabaje desde la perspectiva de la psicología afirmativa gay. Este fenómeno ocurre, en palabras de Gabriel, cuando la persona homosexual interioriza, inconscientemente, prejuicios contra su propia homosexualidad, lo que le hace sentirse inferior por el hecho de ser homosexual, más vulnerable, menos valioso, etc. En definitiva, es todo un proceso de “autodenigración” que puede tener graves consecuencias para el bienestar de la persona si no se aborda adecuadamente.
Retos pendientes y fanatismo religioso
La conversación con Gabriel J. Martín tuvo lugar pocos días antes de la celebración del Orgullo Gay, por lo que no quisimos dejar pasar la ocasión de preguntarle por la situación actual del colectivo LGTB en España, teniendo en cuenta también que muchos pacientes son hombres que viven en países mucho más restrictivos. Gabriel no lo duda: “Muy buena. Sinceramente, muy buena. ¿Que queda mucho por hacer? Sí, claro. El desafío pendiente en España son, sobre todo, las áreas rurales y la normalización de la vida pública. Que no llame la atención que tengamos un presidente del Gobierno homosexual. El mundo del deporte sigue siendo muy homófobo. Ahí hay mucho que hacer. Hay determinados sectores –político, deportivo, taurino, empresarial- donde el modelo sigue siendo heterocéntrico y no es natural, porque por pura estadística tiene que haber más homosexuales de los que se ven. Que en esos sectores sea más fácil visibilizarse seria un progreso importante. Estos son los desafíos, ahora bien, nada que ver con el resto del mundo. Cuando te cuentan lo que pasa en Bolivia, lo que pasa en Perú, en Colombia, pufff… Nosotros vivimos en el paraíso comparado con cómo viven ellos allí”.
Últimamente ha abordado la relación entre homofobia y fanatismo religioso. Según sus conclusiones, “hay un perfil mental que hace que la gente sea tanto homófoba como fanática religiosa, política, económica… Es gente de pensamiento monolítico, con muy poca flexibilidad mental y, además, bastante agresiva. Eso hace que sean no homófobos, sino ‘todófobos’. Son fóbicos de los homosexuales, de los que tienen otra religión, de lo que tienen otra cultura, extranjeros… Homófobos puros quedan muy pocos. Es su perfil psicológico el que hace que sean todo esto. La relación entre homofobia y fanatismo religioso es que tienen el mismo perfil de personalidad: pensamiento rígido y agresividad”.
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