El mundo se ha vuelto loco, loco, loco

Eran los efervescentes años 80 del pasado siglo cuando veía la luz Alandar. Hay algunos expertos que sostienen que, en Historia, un siglo no siempre dura 100 años. Hay siglos de mayor duración. Y siglos de menos.

Por David Álvarez Rivas

Es el caso del siglo XX, que políticamente, fue muy corto. Podría argumentarse que quedó emparedado entre dos acontecimientos de gran magnitud, desde la Primera Guerra Mundial, hasta la caída del muro de Berlín y posterior desintegración de la URSS. Lo anterior a esa efeméride pertenece al siglo XIX y lo posterior, al XXI. Con esta teoría también se puede decir que el año 79/80 marcó el origen de uno de los periodos más intensos de la época reciente.

Analicemos de manera sucinta como han sentado estos casi 40 años entre dos siglos en los distintos continentes:

En África

Un vasto terreno poseedor de realidades y velocidades de desarrollo diversas donde de forma equivocada se trata de analizar como si fuera un mismo bloque. Ha evolucionado en las últimas décadas hacia una población cada vez más joven y urbana, con crecimiento exponencial. Persisten algunos conflictos devastadores como el de Sudán del Sur y déspotas cómo el dictador Obiang en Guinea Ecuatorial. El proceso denominado “Primavera Árabe» comenzó por Túnez. A partir de 2011, los países del Magreb y Egipto experimentaron un amplio abanico de transformaciones: Intentos de revolución y sus contrarrevoluciones, la intervención indirecta y directa extranjera (con resultados catastróficos), inestabilidad contenida por parte de los sectores más conservadores y un colonialismo perpetuado que se observa con mayor énfasis en el caso del Sáhara Occidental.

 
Destacó en 1994 la presidencia de Nelson Mandela en Sudáfrica, tras 27 años encarcelado, que consiguió sepultar el Apartheid. Además de Premio Nobel y el reconocimiento internacional, fue bautizado como el padre de la nación.


En Asia

A lo largo del siglo XX ninguna otra zona del mundo ha registrado transformaciones tan profundas y radicales. Hoy es un hecho la irrupción de China e India como dos nuevos “tigres”. Tras el proceso encabezado por Japón y seguido por Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur, China lidera ahora el dinamismo económico de Asia tras haber roto con los modelos tradicionales. A partir de los años 90, India se configuró como el segundo polo de crecimiento asiático. En 20 años, Pakistán doblará a Rusia en habitantes (250 millones frente a 124 millones) e India casi habrá alcanzado a China.

En 1989, una multitudinaria manifestación en la plaza de Tiananmen, en Pekín a favor de la democracia y en contra de la corrupción y del Partido Comunista desembocó en una represión con casi 800 muertes. El intento de Pekín de reafirmar su influencia en Asia es intocable. Marx y Mao quedan para los museos. El país más poblado del mundo puede convertirse en la primera potencia económica en 2021 y la segunda será la India en 2030, según un estudio de Standard Chartered Research.

Turquía, un país a caballo entre dos continentes, de ser un Estado cuya laicidad era controlada por el ejército y eterno aspirante a la UE, a ser un polo que reclama la hegemonía islamista con Erdogan.

La Unión Soviética invade Afganistán a finales de los 70. Una de las guerras más salvajes y olvidadas del siglo XX y el primer experimento saudí de expansión de su modelo de islam político. Los voluntarios y el dinero de ese país transforman a la resistencia antisoviética, que pasa de ser tribal y tradicionalista a integrista. En 1996, los aliados de Riad, los talibán, toman el poder en Kabul. Pronto se une a ellos un saudí millonario llamado Osama bin Laden. Al Qaeda que, ahora, se ha metamorfoseado en un grupo mucho más radical que ha aterrorizado al mundo tanto o más que su predecesor: el mal llamado Estado Islámico.

Irán expandió la Revolución de Jomeini y los ayatolás y se enfrenta contra las dos grandes potencias de la región, Israel y Arabia Saudí. Las guerras de Siria, Yemen, y Afganistán son, totalmente o en parte, consecuencia de esa revolución.

El fundador de la República Popular de Corea instauró el gobierno comunista y se mantuvo al frente del gobierno, como primer ministro y presidente, hasta 1994 cuando murió.

El sureste asiático quedó marcado por el tsunami de 2004. Y desde 2017, tras el repunte de la violencia en Myanmar, la crisis de los rohingya es una crisis de refugiados.

En Europa

La CEE consolida su avance hacia una mayor integración política, en 1979, se celebran las primeras elecciones directas al Parlamentos europeo. En los siguientes años se van a consolidar varios hitos, en 1981 la primera ampliación mediterránea (primero Grecia y luego Portugal y España, en el 86), la entrada en vigor del tratado de Maastricht (1993), la llegada de una moneda común: el euro (2002), el tratado de Lisboa, tras intentar tener una Constitución con derechos fundamentales, que fue vetada por Francia y Holanda (2009). En 2020 se llega a la Europa de los 27,  tras la salida de Gran Bretaña.

Mientras tanto en el corazón del viejo continente, el “avispero de los Balcanes” volvía a traer a la actualidad enfrentamientos étnicos repetidos y multiplicados tras la desintegración de la Federación de Yugoslavia. En 1991 Eslovenia es el primero de los 6 países que proclama la Independencia. Luego fue el turno de Croacia, que logra su objetivo, tras un enfrentamiento largo y cruel. Y luego lo hacen en 1992 Bosnia y Herzegovina, que se proclaman independientes contra de la voluntad de la parte serbo-ortodoxa del país. En abril de ese mismo año la guerra era absolutamente inevitable y Sarajevo el punto más caliente: un asedio que duró desde el 5 Abril de 1992 hasta el 14 diciembre 1995. Tras el acuerdo en París, Bosnia quedó dividida en dos partes, dividida en 10 cantones, donde conviven -sin mezclarse- bosnios musulmanes y bosnios croatas. El horror se resume en más de 98.000 muertos, un millón de desplazados, genocidio y limpieza étnica, planificados.

La caída del Muro de Berlín fue también un momento simbólico del fin del socialismo en la República Democrática Alemana. Una de las divisiones más conocidas de la historia y uno de los sucesos que marcó el siglo XX. El preludio, además, de la caída de la Unión Soviética. El Tratado de Belavezha daba fin al acuerdo que conformó la URSS desde 1922. Con el fin de la era soviética, finalizó un contrapeso político y económico a Estados Unidos y la etapa de bloques.

En las Américas

Pinochet encabezó uno de los gobiernos militares más prolongados de la historia de América Latina, desde 1973 hasta 1990. En el 79 llega el Gobierno revolucionario de la Fuerza Armada en Perú. En el 83 cae la dictadura argentina de Videla. En el 89 la del paraguayo Stroessner. Y en 2008 el régimen castrista continúa sin Castro. Atrás quedaba la revolución sandinista. Y se iniciaba una década denominada perdida y caracterizada por deudas externas impagables y grandes déficits fiscales.

Hasta finales de los 90 no empieza un cambio con la izquierda bolivariana, tras la victoria de Chávez y que se extiende a Ecuador, Bolivia, Uruguay, Argentina, el Brasil de Lula… México sigue una estela de asimilación del modelo del norte.

Y a pesar de estas imágenes tan revueltas, otro mundo sigue siendo posible.

Desde 1979, cinco de los seis presidentes que ha habido en EEUU -la excepción es Barack Obama- han tenido que cortejar el voto evangélico para llegar a la Casa Blanca. Los fundadores de la Mayoría Moral. La mañana del 11 de septiembre de 2001 el gobierno y los habitantes de Estados Unidos fueron testigos del mayor ataque yihadista dirigido en contra de su país. Cuatro aviones fueron secuestrados en distintos aeropuertos del este de EE.UU., dos de los cuales fueron estrellados en contra de las torres del World Trade Center, causando el mayor número de muertes de las casi 3.000 personas que estaban en el edificio. Miembros del grupo extremista Al Qaedaefectuaron la operación, pero tras 20 años de los atentados aún no se ha juzgado a algunos de los detenidos.

La victoria de Barack Obama, el primer presidente afroestadounidense de la historia de los EE.UU. y premio Nobel contestado, se puede considerar histórica, hasta la llegada de un empresario con toscas manera como Trump.


En fin…

Lo sorprendente es que casi 40 años después sigamos atascado en un “orden mundial” cada vez más complejo y con conflictos polarizados y sumamente enquistados.

David Álvarez Rivas

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