El último fin de semana de enero tuvo lugar el Tercer Foro Social Mundial de Madrid (FSMM), que se celebraba simultáneo a los que se celebraban en otras ciudades del mundo, como la brasileña Bélem, y del estado español, como Barcelona. Ya son diez años de Foro Social Mundial (FSM) y tres que se realiza de manera descentralizada. Un decenio de respuesta social y ciudadana al Foro de Davos y al neoliberalismo; de lucha hacia otro mundo posible, más justo, más solidario y más sostenible.
El FSMM 2010 se desarrolló durante cuatro jornadas con 78 talleres y la participación de tres mil personas, en las que asuntos muy diversos, pero a la vez estrechamente relacionados entre sí, fueron analizados y debatidos. Desde la intervención militar en Afganistán, la violación de DDHH e impunidad en Colombia o la situación de violencia y expolio de riquezas en África Subsahariana pasando por la desinformación de los grandes medios de comunicación, el futuro del socialismo, los retos económicos y laborales, las transnacionales o el trabajo aún necesario en la igualdad de mujeres y hombres, hasta Marruecos y el muro de la vergüenza español, la defensa de la sanidad pública o la cárcel palestina.
Se trata de una red de redes, de movimientos sociales, en la que la ciudadanía, ejerce la democracia, sin resignarse a ser meros consumidores que cada cuatro años ejercen además, eso sí, el consumo del voto.
Desde el FSM , por un lado, se reclama la necesidad de buscar alternativas al modelo económico y social capitalista, algo más urgente aún en este tiempo de crisis económica y sistémica. Por otro, se ofrecen también alternativas: economía social y cooperativa, producción y consumo responsable, banca pública bajo control social, sistema fiscal progresivo, reducción de la jornada laboral y reparto del trabajo, renta básica universal y democracia más real a todos los niveles. Todo ello desde el rechazo del modelo capitalista de producción y consumo, que ahonda en las desigualdades Norte-Sur, destruye el medio ambiente y compromete la sostenibilidad, defendiendo y trabajando por una ciudadanía planetaria y la participación directa.
Participación directa y alternativas
“Ha sido un avance en la articulación de las organizaciones sociales con el objetivo de encarar las políticas neoliberales y proponer alternativas”, subrayaba Pepe Mejía, uno de los organizadores del FSMM 2010. “También se ha constatado el alto nivel propositivo que tienen los colectivos ante esta crisis. Todas las necesidades sociales han sido tratadas, analizadas y debatidas desde el interés social”.
Además, “este Foro ha facilitado la horizontalidad y la práctica de esa participación directa. No ha sido solo el evento, también ha sido y es el proceso dinamizador de la articulación de las organizaciones sociales, del movimiento social con referencia política y de enfrentamiento al sistema”.
La gran tarea pendiente, recalcaba Mejía, es la “urgencia” de “regresar a nuestros barrios”, de “explicar en nuestros ámbitos más cercanos el calendario de acciones y movilizaciones, las razones y los por qués. En definitiva, tejer red para enfrentar con mayores garantías al capitalismo”.
Repensar los valores y las relaciones
Carlos Barbudo, uno de los portavoces del FSMM, hacía un balance “positivo y esperanzador”, optimista y fortalecedor, en Noticias Positivas. “En esta tercera edición, el FSMM se ha consolidado como un espacio de referencia para los movimientos sociales madrileños y de gran parte del Estado español. Está abriendo un camino por el que merece la pena avanzar para construir un horizonte de mayor justicia social y protagonismo ciudadano… Sólo si los ciudadanos retomamos el control de los asuntos públicos podremos avanzar hacia un modelo de sociedad en la que las personas no estén sometidas a ningún tipo de opresión. Sólo si olvidamos nuestras diferencias y apostamos por los valores que nos unen seremos capaces de establecer unas relaciones fecundas entre nosotros y la Tierra”.