Covid-19: la cuaresma más larga de nuestra vida

El 14 de marzo de 2020, el Gobierno español decretó el estado de alarma y el país se encerró en sus casas. Tres días antes, la Organización Mundial de la Salud había calificado a la Covid-19 como pandemia. Entonces, había más de 118.000 casos en 114 países del mundo y 4.291 personas habían perdido la vida. El número de casos y de muertes se ha multiplicado exponencialmente desde entonces (según la John Hopkins University, a 4 de mayo de 2021 se han registrado casi 154 millones de casos y más de 3,2 millones de muertes a causa de la enfermedad en todo el mundo; más de 3,5 millones de casos y 78.000 muertes en España).

La Covid-19 marca el ritmo y ha puesto patas arriba la vida de todos los habitantes del planeta. Miedo, distancia social, aislamiento y depresión forman parte del día a día de nuestra vida pandémica. Pero también la esperanza de las vacunas -injustamente repartidas-, del reencuentro con los seres queridos, de que la pandemia haya sido una llamada de atención que nos prepare para afrontar otros problemas globales como el cambio climático.

En estos últimos meses, y en especial en estas últimas semanas, la pandemia -esa Cuaresma, esa experiencia de desierto impuesta, como decía Joan Zapatero en estas páginas virtuales- ha marcado también la vida de Alandar. Hemos intentado analizar algunas de sus causas, su impacto sobre los derechos humanos, su impacto sobre las vidas de colectivos vulnerables y no vulnerables. He aquí una recopilación de lo que nuestro esfuerzo ha dado de sí:

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