¡Qué punto ser joven!

Varios jóvenes ofrecieron durante años en estas páginas nuestro particular punto de vista sobre la Iglesia, la sociedad… Su punto de encuentro es la esperanza, la confianza y la utopía propias del cristiano y del joven.

Quizá a veces nos veamos obligados a dar algún punto de sutura en las sangrantes heridas de nuestra Iglesia y nuestro mundo, o señalemos sus puntos débiles, o limpiemos esos puntos negros que salen de vez en cuando en su rostro, o pongamos los puntos sobre las íes. O tal vez, en cambio, otorguemos el máximo de puntos a aquellos logros y avances que humanicen y dignifiquen la vida de todos y cada uno.

En cualquiera de estos casos, nuestro punto de mira será siempre Jesús y su Reino, que mueven nuestra historia para que no se quede en punto muerto, para poner punto y final a la injusticia y la deshumanización, para ser la sal que deje el “guiso” de nuestra vida en su punto.

Por eso, cada mes, en las páginas centrales exclamábamos “¡Qué punto ser joven!”.